Un nuevo mapa de suelo de INTA muestra el nuevo balance hídrico a dos metros de profundidad
La mayor parte de la producción agrícola-ganadera de nuestro país se realiza bajo sistemas de secano y dependen exclusivamente del agua del suelo. Conocer el contenido de humedad es de vital importancia para la toma de decisiones eficientes para las diversas actividades productivas.
Entre sus principales aplicaciones pueden destacarse: planificación de labores y de estrategias de manejo, como, por ejemplo, la elección de la fecha de siembra o la determinación del momento oportuno de fertilización; estimación de rendimientos de cultivos tanto a nivel local como regional; delimitación de ambientes; e identificación de períodos de déficit y excesos de agua para los cultivos.
En esta línea, el Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar presentó, mediante la plataforma SEPA (Herramientas satelitales para el seguimiento de la producción agropecuaria) una actualización del balance hídrico. “El nuevo mapa, confeccionado a partir de cartas de suelo, tiene una mejor representatividad espacial respecto al anterior, debido a que se tuvo en cuenta una mayor cantidad de datos de las cartas de suelo”, explicó Lucas Gusmerotti del Instituto.
“El balance hídrico anterior, también está disponible en SEPA, estima el contenido de agua útil hasta 1 metro de profundidad, mientras que el nuevo producto lo hace hasta 2 metros. Esto es importante porque la mayoría de los cultivos puede extraer agua hasta esta última profundidad”, detalló.
Y agregó: “El producto balance hídrico generado por SEPA muestra, cada 10 días y en forma porcentual, el contenido hídrico de los suelos con respecto a su máxima capacidad de retención”.
En ese sentido, comentó que “además, se incorporó en la estimación a las provincias de San Luis y Santiago del Estero, las cuales tienen una importante proporción de tierras agrícola-ganaderas en su territorio”. Asimismo, indicó que “se realizaron mejoras en el mapa de capacidad de retención de agua de los suelos que se utiliza como base para su cálculo”.
El balance hídrico se calcula a partir de datos meteorológicos e información de las características del suelo y la vegetación, el contenido hídrico del perfil edáfico se calcula mediante un balance entre los flujos de entrada y salida de agua en el suelo.
Patricio Oricchio, del mismo Instituto, explicó que “la fuente de entrada de agua considerada es la precipitación, que se computa mediante registros diarios de las estaciones meteorológicas del INTA y del Servicio Meteorológico Nacional (SMN)”. Y agregó: “a partir ellos, mediante interpolación espacial, se obtienen mapas de precipitación acumulada para un período de 10 días”.
La fuente de salida de agua considerada por este modelo es la evapotranspiración real (ET), que es la cantidad de agua que es efectivamente evaporada desde la superficie del suelo y transpirada por la cubierta vegetal. De acuerdo con Oricchio, “se estima utilizando un modelo que utiliza dos variables: la temperatura de superficie y el Índice de Vegetación Normalizado (IVN, NDVI en inglés), las cuales se obtienen mediante el sensor VIIRS del satélite Suomi-NPP, con una resolución espacial de 375 metros”.
Los especialistas afirmaron que el balance también considera la capacidad máxima de retención de agua útil de los suelos de la región. “Dicha variable se define como el agua utilizable, o potencialmente extractable, por parte de los cultivos en la zona de crecimiento radical, y constituye la fracción del agua del suelo que puede perderse por evapotranspiración”, aseguraron.
Los mapas de capacidad de retención de agua se confeccionaron tomando como base la textura de los suelos de la región. La información necesaria se obtuvo de mapas de suelo elaborados por el INTA de las provincias involucradas a escala 1:50.000 (Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe), 1:100.000 (Entre Ríos, La Pampa y San Luis) y 1:500.000 (Santiago del Estero).
Oricchio explicó que “se consideró una profundidad máxima de perfil de suelo de 2 metros o menor según las limitaciones presentes (tosca, horizontes endurecidos y fuertemente texturales, roca expuesta, entre otros)”. Con toda la información precedente, y considerando también el almacenaje de agua al momento en el cual inicia el período de cálculo,” se estima la cantidad disponible de agua en el suelo, la cual se relaciona con su máxima capacidad de retención”.
Por lo tanto, los mapas muestran el porcentaje de agua útil del suelo de manera espacialmente explícita, con una resolución espacial de 375 metros (14 hectáreas) y temporal de 10 días. De esta manera, mensualmente se generan 3 imágenes: del 1 al 10 (1ra. década), del 11 al 20 (2da. década) y del 21 hasta el último día del mes (3ra. década).
Gusmerotti, por su parte, concluyó diciendo que “es necesario monitorear estos productos en el tiempo y analizar la relación con otros índices que sinteticen el estado de la vegetación y los efectos del manejo sobre el agua disponible en el suelo”.
Acerca de SEPA
Es una plataforma desarrollada por el Instituto de Clima y Agua que tiene el objetivo de difundir productos satelitales y agrometeorológicos que resulten útiles para la toma de decisiones agropecuarias. La actualización de los productos se realiza cada 8, 10, 16 o 30 días, con la posibilidad de consultar aquellos generados con anterioridad. Los productos se agrupan en diferentes categorías tales como: índices de vegetación, variables agrometeorológicas, pronósticos evolutivos, eventos extremos y monitoreo de la agricultura.
En ella se publican diferentes productos realizados a partir de información satelital, en su gran mayoría para todo el país, que se ponen a disposición de cualquier tipo de usuario de manera gratuita y en un formato sencillo para ser consultado en distintos medios digitales (PCs, notebooks, tablets y/o celulares).
fuente: INTA Informa
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