Se confirmó la resistencia de Sorgo de Alepo a graminicidas
El Sorgo de Alepo fue la primera maleza resistente a glifosato detectada en Argentina en 2005. Ahora vuelve a ser noticia al confirmarse su resistencia a graminicidas, específicamente al haloxifop R metil, de gran uso en la actualidad. La denuncia fue hecha por los profesionales Daniel Tuesca (FCA UNR), Juan Carlos Papa (INTA Oliveros), Luis Lanfranconi (INTA Río Primero) y Eduardo Repetto (Cooperativa Agrícola Ganadera de Gobernador Crespo), quienes trabajaron con un biotipo del Departamento San Justo del norte santafesino. Las sospechas se confirmaron en los estudios de laboratorio, mostrando una elevada resistencia al herbicida haloxifop que, normalmente, muestra gran efectividad para combatir esta maleza, así como otras gramíneas. Cabe agregar que a campo el biotipo mostraba también resistencia a glifosato, por lo que se empezó a utilizar graminicida hace algunos años, pero aún se están haciendo los estudios correspondientes para poder confirmar en laboratorio la resistencia múltiple. Por otra parte, en el norte de Córdoba también se están estudiando biotipos con serias sospechas de resistencia a graminicidas y glifosato.
El manejo de Sorgo de Alepo resistente a glifosato y graminicidas no es sencillo -aún sin considerar los costos- y según el especialista, “quedan muy pocas herramientas químicas para su control con postemergentes”. Respecto a herbicidas preermergentes hay algunas posibilidades más, pero al tratarse de una maleza perenne, una vez que está instalada en el lote, logra perpetuarse por medio de sus rizomas. “Por esto es que resulta de vital importancia frenar el avance desde las primeras plantas que se detecten en el lote, aunque se requiera sacarlo a pala o con aplicaciones con mochila”, advierte Marzetti. A su vez, las cosechadoras son la fuente principal de dispersión de semillas y debe ponerse foco también aquí para evitar desparramarlas dentro del lote y más aún hacia lotes limpios.
“Se requerirá mucho esmero para que estos biotipos resistentes a graminicidas no se dispersen como lo han hecho los resistentes a glifosato. Es responsabilidad nuestra que eso no suceda”, subrayó el gerente de la REM.
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