Pedaleando por un sueño
El nuevejuliense Rodrigo Corro y una experiencia maravillosa en el Campus 2018 en el CeNARD.
Ella hace un alto mientras limpia el consultorio del oculista en la avenida Mitre, cierra los ojos y acaso imagine a su hijo mientras él también hace un alto en su tarea cotidiana en el campus 2018 en el CeNARD que comenzó el jueves 2 y finaliza este domingo 12. Su hijo, Rodrigo, ha sido convocado con otros de la clase 2002, y aunque de la Federación Internacional acaban de informar que no podrán estar en los Juegos Olímpicos de la Juventud del año próximo en Buenos Aires por razones de edad, igual quiere frenar el tiempo para seguir aprendiendo.
Mañana y tarde la actividad aquí cerca, en el circuito KDT, sirve para crecer en forma desmesurada, y hasta pedalea junto al campeón olímpico Walter Pérez, quien ayer les dio una charla junto a Juan Curuchet, con quien ganó el oro en Beijing. Los profes lo tienen entre algodones, conscientes de sus progresos. Y él pone lo suyo, la pasión, la perseverancia, el sentido de la representatividad de su gente…
“Me acuerdo mucho de mis compañeros de Diamantina, hice el primario en la escuela 24 y ahora pasé a cuarto. Ya tengo cuatro títulos argentinos, hice una gran experiencia en Brasil donde gané una contra reloj, fui segundo en la otra etapa y se suspendió la tercera sino era el ganador. Ahora represento al Bragado Cicles, que ahora se juntó en el equipo SAT. Y venimos del circuito KDT, donde con nosotros pedaleó y nos ayudó mucho Walter Pérez”, comenta el pibe Corro, quien lleva los genes del pedal en las venas, heredados de su padre hoy chofer de su propio Ford Cargo, pero que alguna vez se le animó a una Doble Bragado.
Callado, introvertido, algo cansado por es esfuerzo diario, Rodrigo es consciente del sitio donde está, es uno más de los 530 deportistas jóvenes concentrados en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, cada uno en su especialidad, cada uno con sus sueños y con ese sentido de pertenencia colectiva que no solo se nota en la misma ropa otorgada por el ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) sino también el trabajo de cada uno de ellos. Y no solo desarrollan su actividad, también reciben clases de antidoping, de historia del deporte, de experiencias de referentes como en el caso del ciclismo la charla de Pérez y Curuchet. Y cómo será el tema que hasta el presidente Macri no se quiere perder el estar presente un rato en el comedor.
Rodrigo no olvida las pedaleadas en la ruta 65 “antes de que se angoste rumbo a Los Toldos, de donde es mi vieja”, acota cansado pero feliz. “Aspiro a integrar el equipo continental de ruta y pista”, confiesa ahora más distendido que al comienzo. Y recuerda que un ciclista de los de antes, Raúl Davis, hoy vende ropa del ramo, y nombra al referente David Martínez, agradece a la municipalidad.
“Siempre ha sido un gran esfuerzo continuar en esto, pero papá hasta hizo algún asado en casa (Alberti al 700) para recaudar unos pesos con los amigos del ciclismo”, afirma este hincha de Once Tigres (llegó a ser volante central cuando niño), nacido el 17 de enero del 2002, que corre desde los 5 años y acá está rodeado de los entrenadores Alanis Capello, de Rafaela, y el pampeano Martín Ferrari, quien tiene otro ilustre amigo nuevejuliense, el multicampeón de automovilismo deportivo “Yoyo” Maldonado, con quien hace poco estuvo corriendo en San Juan.
Se lo nota algo extenuado al pibe, y no es para menos. Acá se entrenan una hora más que de costumbre (dos y media) y acaban de hacer un test de potencia. Desde 9 de Julio él no sabe, aunque lo debe imaginar, que su madre suele cerrar los ojos como ahora en el consultorio del oculista de la avenida Mitre, para verlo crecer feliz, algo parecido a lo ocurrido aquel Día del Niño con su primer trofeo, o al momento de tener su primera bicicleta de fierro.
Por GUILLERMO BLANCO
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