“Para convertir nuestra ciudad en un entorno más amigable para todos”
Desde nuestro espacio, la Unidad Básica Juan Domingo Perón, nos ocupamos en profundizar sobre uno de los temas más destacados que preocupa a la comunidad en su conjunto: la accesibilidad y cómo mejoramos las barreras arquitectónicas en nuestra ciudad y cuáles son las diversas soluciones que podemos implementar para facilitar la movilidad y el acceso en todos los ámbitos sociales de las personas con discapacidad.
Un gran número de obstáculos urbanos se interponen en la vida cotidiana de los nuevejulienses día a día: escaleras interminables, bordes no adaptados, aceras sin asfaltar, baños públicos inapropiados, etc; para muchas personas estos elementos son una parte más del paisaje urbano que solventamos sin pensarlo dos veces, para las personas con discapacidad, personas mayores, personas con discapacidad temporal, ejemplo: operadas recientemente, o incluso para padres y madres con bebés, la accesibilidad urbana se convierte en un grave obstáculo.
Desde nuestro espacio nos preguntamos, ¿Qué podemos hacer como sociedad? Como así también, ¿Cómo superamos la movilidad reducida y logramos una plena accesibilidad en nuestra ciudad y le facilitamos la vida a los nuevejulienses que se ven obligados a limitar sus movimientos cada día en sus entornos urbanos?
Frente a todas estas preguntas lo que surge inmediatamente es ¿Qué es la accesibilidad social?
La definición puede variar, pero básicamente se trata de la posibilidad que tiene una persona, con o sin problemas de movilidad o percepción sensorial, de entender un espacio, integrarse en él e interactuar con sus contenidos
Por otro lado, la movilidad o accesibilidad hace referencia, por un lado, a la facilidad con la que cualquier persona puede acceder a los diversos espacios exteriores en su entorno, esta definición incorpora también todos los elementos que le permiten moverse y aquellos que le impiden llegar a su destinos.
Toda persona con movilidad reducida o discapacidad auditiva, visual e intelectual, que se le impide el uso del espacio público y la inclusión en muchas actividades en nuestra sociedad, estos inconvenientes nos llevan a preguntarnos ¿Qué tipo de barreras limitan la movilidad de la persona con discapacidad?
Si salimos a la calle, observamos un poco en el entorno, nos damos cuenta los muchos obstáculos que para la persona con movilidad reducida o discapacidad visual, auditiva o intelectual, son un verdadero problema.
Cualquiera de nuestros edificios, ya sean privados o públicos, cuentan con espacios comunes que dificultan la accesibilidad, por ejemplo: mostradores demasiado altos en recepciones, locales comerciales, puertas demasiado estrechas que no cumplen con el ancho mínimo o no, giratorias, zonas de paso y acceso demasiado estrecho, escaleras o pendientes insalvables de acceso a la entrada principal, suelos resbaladizos, con alfombras en mal estado, cables expuestos, botones e interruptores demasiado altos, baños inapropiados, barreras en las vías urbanas.
Lo mismo sucede en nuestras calles y vías públicas, asfaltadas o de tierra, en las aceras o bien encontramos obstáculos continuamente, o no están adecuadamente asfaltadas, o son tan estrechas que impiden la circulación en silla de ruedas, en muchas ocasiones las calles presentan una pendiente demasiado pronunciada para que una persona con problemas de movilidad pueda circular con facilidad.
Por otro lado, la falta o nula señalización para personas con discapacidad visual, auditiva o cognitiva, como semáforos sin señales acústicas o carteles sin escritura en braille o sin texturas en el suelo, definitivamente es un tema que requiere estudio y mucha dedicación para mejorar la accesibilidad en nuestros entornos, y desde nuestro espacio asumimos el compromiso en profundizar, estudiar y generar las condiciones adecuadas, con equipos profesionales y aptitud técnica para lograr que los nuevejulienses estemos a la altura de la modernidad en la que vivimos.
Por Unidad Básica Juan Domingo Perón.
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