La eficiencia te hace crecer en escala, pero la escala no te asegura la eficiencia

Más de la mitad de los tambos que existen en Argentina tiene tomada la decisión de crecer. ¿Estamos preparados para los nuevos desafíos que significan una mayor escala?, se preguntan desde el INTA. Al mismo tiempo ensayan una hoja de ruta para lograrlo

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En la última edición de la Encuesta Sectorial Lechera llevada adelante por INTA (2022-2023), una de las primeras preguntas realizadas a los entrevistados fue: ¿cuál es su mirada respecto al futuro del tambo? De las 197 empresas relevadas, el 8 % mencionó que se veía saliendo de la actividad, el 40 % se veía sin cambios, mientras que un 52 % se veía creciendo.

La duda que surge entonces es: ¿de qué manera van a crecer esos tambos?. Los tambos pueden crecer por dos caminos: a través de un crecimiento genuino, resultado de un excelente manejo del rodeo (reproducción, crianza, bajos índices de mortandad y de rechazos) o, mediante la incorporación de vacas o vaquillonas provenientes de otros tambos. En muchos casos, ambos mecanismos ocurren simultáneamente, si la decisión y las acciones son en esa dirección.

Crecer de la mano de la eficiencia es la receta más segura, ya que permite un crecimiento gradual, progresivo y sostenido, fruto de buenas decisiones tomadas en tiempo y forma.

Mientras que crecer de manera desordenada, incorporando vacas por una cuestión de oportunidad y no de planificación, suele ser riesgoso.

La escala por sí sola no te asegura la eficiencia del tambo

El crecimiento en escala de los sistemas lecheros no implica solo un aumento en la cantidad de vacas o litros producidos. Supone también una transformación profunda en la forma de gestionar, organizar y liderar la empresa, así como la necesidad de adecuar la infraestructura para que los animales logren expresar su potencial productivo de manera saludable, y para que las personas vivan y trabajen en condiciones dignas, adecuadas y seguras.

Este proceso abre nuevas oportunidades, pero también plantea desafíos complejos que deben anticiparse y abordarse estratégicamente.

El objetivo de este informe es compartir tres aspectos claves, que fueron la base de varios que el tomador de decisiones debe considerar al transitar un proceso de crecimiento, primero en eficiencia y luego en escala.

A priori, hemos identificado tres desafíos claves, todos tienen que ver con el delegar y que conviene tener en cuenta para equivocarse lo menos posible.

Lo primero: comenzar a registrar

Aunque parezca algo básico, el primer paso para que una empresa crezca es definir sus objetivos. Sin embargo, antes de hacerlo, debe conocer con precisión su punto de partida. Para ello, resulta indispensable implementar un proceso sistemático de gestión de la información, que comience por establecer qué datos se registrarán y con qué propósito, quién será responsable de hacerlo, en qué formato y cómo se utilizará la información generada.

Los datos, por sí solos, no generan valor. Deben transformarse en información que sustente las acciones que impulsen resultados diferentes y una mejora continua. Por eso, no basta con acumular datos, se necesita personal capacitado y motivado para registrar, analizar y convertir el dato en información útil para la toma de decisiones.

Definir indicadores claves de desempeño para cada área de la empresa es esencial para monitorear resultados, detectar desvíos y corregir el rumbo a tiempo. Esto implica invertir no solo en herramientas digitales, sino también en formación específica del personal involucrado.

También se deberán definir los momentos en los que esa información será analizada junto a los profesionales asesores y proponer acciones de mejora si así fuera necesario.

Lo segundo: crear una administración

A medida que la empresa crece, se vuelve indispensable ordenar la administración, definir procesos y asignar responsabilidades claras. Tareas como la atención a proveedores, la gestión de pagos, la solicitud de cotizaciones, las compras, el control de insumos o el mantenimiento de la maquinaria, deben protocolizarse y delegarse adecuadamente. De este modo, el productor o empresario puede concentrarse en las decisiones estratégicas.

El aumento de escala genera mayores ingresos, pero también incrementa los costos y la complejidad administrativa. La gestión económico-financiera requiere una mirada integral, rigurosa y ágil, por lo que profesionalizar esta área y trabajar de forma estrecha con los asesores contables, financieros y tributarios se vuelve prioritario.

El crecimiento también incrementa la dependencia de insumos y proveedores, lo que eleva la vulnerabilidad ante fluctuaciones de precios o problemas de disponibilidad. Frente a ello, resulta clave desarrollar estrategias de logística y planificación de compras. Conocer a los principales proveedores y construir con ellos relaciones de confianza y valor compartido es una tarea fundamental para la sostenibilidad del negocio.

Lo tercero: elegir al encargado

El crecimiento empresarial no solo multiplica las oportunidades, sino también las tareas operativas: más superficie de trabajo, más personal, más maquinaria, más animales y, en consecuencia, mayor necesidad de coordinación y control.

En este punto se vuelve esencial la incorporación de un encargado o mando medio, figura clave para asegurar la eficiencia operativa y el cumplimiento de los objetivos. El líder o tomador de decisiones debe acompañar esta transformación, otorgando al encargado autoridad, recursos y autonomía para desempeñar su función.

La especialización técnica, la formación continua y la gestión del talento son pilares fundamentales para sostener un crecimiento ordenado y sostenible. La empresa crece, pero también deben crecer las personas dentro de ella. Está comprobado que los trabajadores bien remunerados, capacitados, con responsabilidades definidas y autoridad dentro de su puesto, impulsan con mayor compromiso los objetivos de la empresa.

Por ello, desarrollar una cultura organizacional sólida y un clima laboral positivo, que fomenten la pertenencia y el compromiso, es esencial para consolidar equipos de trabajo efectivos y alineados con la visión de la empresa.

Comentario final

El crecimiento de una empresa no se mide solo por su tamaño o sus resultados económicos, sino por su capacidad para organizarse, aprender y evolucionar. Gestionar la información con criterio, profesionalizar los procesos y desarrollar a las personas son los pilares que permiten transformar los datos en decisiones, las decisiones en acción y la acción en resultados sostenibles.

Crecer implica asumir nuevos desafíos, pero también aprovechar la oportunidad de construir una organización más sólida, eficiente y humana. Cuando la estrategia, la gestión y el compromiso de las personas se alinean, la empresa no solo crece: se fortalece, se transforma y asegura su futuro.

Para más información: Ing. Agr. Mgter. Alejandro Centeno, jefe de INTA AER San Francisco – Email: centeno.alejandro@inta.gob.ar 

Fuente: Todo Lecheria

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