El 30% del trigo, en peligro por las inundaciones
El Gobierno postergó el pago de impuestos sólo a algunas zonas afectadas en la Provincia. Calculan que en 2015 por la superficie bajo el agua podrían faltar unos 500.000 terneros.
Las intensas lluvias caídas en lo que va del año en las principales regiones agropecuarias del país superan en aproximadamente 50% los registros históricos y según los especialistas provocarán graves pérdidas entre los productores, que se suman a la fuerte baja de los precios internacionales de los granos. Sin embargo, el Gobierno nacional sigue apelando solo a aspirinas. Ayer publicó algunas declaraciones de emergencia agropecuaria para cinco provincias, que según los productores llegan tarde y mal, pues no resuelven ninguno de los problemas del sector.
Las sucesivas inundaciones que ha sufrido gran parte de la Provincia de Buenos Aires, en especial durante el bimestre julio/agosto en la Cuenca del Salado y ahora en los partidos del Sudoeste, provocarán la pérdida de al menos 35% de la superficie sembrada con trigo y otros cultivos de invierno.
En el territorio gobernado por Daniel Scioli, uno de los aspirantes al sillón presidencial, se produce 60% del cereal. Y al menos 1,6 millones de hectáreas sembradas (sobre un total nacional de 4,1 millones) han sufrido los excesos de agua. En algunos casos, la inundación se llevó todo el cultivo. En otros, ha provocado la aparición de hongos y enfermedades que obligan al productor a multiplicar sus costos.
El especialista Marcelo Rossi, por ejemplo, calcula que en 2015 podrían faltar cerca de medio millón de terneros a la oferta del sector, que usualmente suma de 12 millones de cabezas anuales.
Es un 4% de la oferta de carne
Pese a la evidencia de los daños, el gobierno nacional está reaccionando con demasiada tibieza. En el caso bonaerense, dirigentes rurales que integran la Comisión de Emergencia Agropecuaria dijeron que las declaraciones están saliendo de la esfera provincial, pero se traban y demoran cuando deben ser homologadas por las autoridades del Ministerio de Agricultura. La mejor prueba se publicó ayer en el Boletín Oficial, pues el ministro Carlos Casamiquela firmó la declaración del estado de “emergencia y desastre agropecuario por inundación”, pero solo para los partidos de Lobos, Las Flores, Roque Pérez y General Paz. Abarca una fracción mínima del territorio afectado. Y regirá por un plazo exiguo que además ya está vencido: desde el 1 de abril de 2014 hasta el 30 de septiembre.
Ese tipo de normativa beneficia a los productores afectados de modo mínimo, pues apenas habilita la prórroga de vencimientos de pagos de tributos nacionales. Solo en el caso de “desastre”, que es cuando los daños superan al 80%, se condonan algunos pasivos.
Agricultura también homologó ayer declaraciones para Corrientes, La Rioja, Formosa y Río Negro, en este último caso por una persistente sequía.
“Daniel Scioli sigue jugando al fútbol. Es hora que se saque los botines, se ponga las botas de lluvia y se acerque a lo que está viviendo su gente”, protestó el líder de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, que hoy volverá a participar de una protesta de productores en Córdoba, junto a sus pares de la Mesa de Enlace.
El “tractorazo” se detendrá especialmente frente a las oficinas del Banco Nación, pues justo en este momento crítico la entidad está restringiendo suspréstamos a los productores, para forzarlos así a tener que desprenderse de la soja que retienen.
“El sistema de Emergencia Agropecuaria no sirve para nada, porque cuando llega un alivio al productor generalmente ya es tarde. Es parecido a la justicia, que cuando llega tarde deja de ser justicia”, señaló Jorge Solmi, un dirigente agropecuario de Pergamino, alineado hoy con el massismo. Solmi apuntó que la ayuda del Estado debe ser efectiva y llegar a todos los sectores perjudicados, no solo al productor.
Se refiere a que muchas actividades conexas, como el transporte o los contratistas, también sufren un fuerte recorte de sus ingresos con este tipo de inclemencias.
Había anunciado un seguro multiriesgo
La medida que Cristina no cumplió
En marzo de 2012, la situación del agro pampeano era completamente diferente a la de ahora: los productores padecían los efectos de una fuerte sequía.
En ese contexto, la presidente Cristina Fernández de Kirchner anunció una de las tantas medidas para el campo que luego no se instrumentarían: un seguro multiriesgo obligatorio.
“En un país donde el sector es tan importante por volumen, dinamismo, no podemos dejarlo a la mano de Dios, necesitamos crear instrumentos para que cuando el productor tenga pro-blemas no sea el Estado el que salga a ayudarlo”, dijo la mandataria al habilitar el 130 período de sesiones ordinarias del Congreso.
Desde hace años que las aseguradoras intentan impulsar una medida de ese tipo, semejantes a las que pueden encontrarse en España o los Estados Unidos. Pero los expertos dicen que una póliza que cubra al agro de todos los riesgos (y no solo contra el granizo, como sucede ahora) resulta muy cara y no podría aplicarse a menos que el Estado subsidie parte de la prima.
Así, la idea de Cristina murió a las pocas horas de ser lanzada.
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