Detuvieron a dos personas como autoras del homicidio de Juan Carlos Barandalla. Se trata de la pareja y un amigo íntimo del occiso, quienes mantenían una relación sentimental oculta.

Luego de un intenso trabajo investigativo que contó con la presencia de la propia fiscal Julia María Sebastián en Henderson, se llegó al esclarecimiento del hecho de muerte descubierto este martes en un monte ubicado sobre un camino vecinal que intercepta la ruta 65 y donde fue hallado el cuerpo sin vida de Juan Carlos Barandalla.

Todas las hipótesis investigativas viraron rápidamente hacia la del homicidio apenas se conocieron detalles aportados en el lugar por el médico de policía actuante, quien tuvo a su cargo más tarde la operación de autopsia. El descubrimiento a simple observación de lesiones en el cráneo de la víctima pusieron las miradas de los investigadores hacia su círculo más íntimo y terminaron con la detención de la propia pareja de Carlos Barandalla, Angélica Natalia Burón Blanco, y de un amigo íntimo del occiso, Ariel González («el Correntino») a quienes se los condujo en esa calidad de detenidos hacia la ciudad de Azul, imputados de los delitos de Homicidio doblemente agravado por el vínculo y por premeditación en el caso de Burón Blanco y Homicidio Críminis Causa en el caso de González.

El informe de la pericia de autopsia realizada confirmó ya en horas de la madrugada de hoy miércoles la existencia de doble fractura de cráneo causadas por un elemento romo, que sería el arma con la cual los autores del homicidio le habrían dado muerte a Barandalla en un lugar aún no determinado y luego trasladado para su ocultamiento en el monte donde fue hallado el cadáver. Por esta razón se secuestró la camioneta perteneciente a González que será sometida a pericias.

La existencia de numerosas contradicciones entre los dichos de la ahora detenida Burón Blanco y el resto de los familiares del fallecido, hicieron sospechar a los pesquisas que en ella radicaba el nudo central de la trama delictiva. Los allanamientos practicados, a manos de funcionarios policiales del CPR, Sub DDI Bolívar y Policía Departamental y las declaraciones tomadas en Henderson, terminaron quebrando las defensas esgrimidas por los ahora detenidos quienes finalmente confesaron la autoría.