Brasil se quedó sin trigo y el mercado regional del cereal está “a punto caramelo” para consolidar una tendencia alcista de precios
Brasil se quedó sin reservas internas de trigo y, hasta el ingreso de la nueva cosecha en agosto próximo, depende de las importaciones para abastecerse del cereal.
“Los precios del trigo siguen subiendo, impulsados por la baja oferta interna del cereal durante este período de baja temporada comercial. La menor disponibilidad interna y el consiguiente aumento de precios en Brasil también han incrementado las importaciones de trigo”, indicó el último informe semanal del Centro de Estudios Avanzados de Economía Aplicada (Cepea) de la Esalq/USP.
Los datos oficiales analizados por Cepea muestran que en marzo pasado Brasil importó 651.790 toneladas de trigo, un volumen 12% superior al de febrero de este año y 27,6% superior al de marzo de 2024.
En el primer trimestre de este año se importaron 1,95 millones de toneladas de trigo, un 18% más que en el primer trimestre de 2024, sobre un total proyectado para este año por la agencia estatal Conab de 5,60 millones.
“En marzo de 2025, en medio de una escasa oferta interna, se hizo necesario incrementar las importaciones, lo que alineó los precios internos con la paridad de importación argentina. Las adquisiciones internas se vieron obstaculizadas debido a los altos costos logísticos y la disponibilidad limitada de carga”, apunta el informe.
En ese contexto, en los próximos meses cabría esperar una recuperación de los precios del trigo en el ámbito del Mercosur, dado que el trigo argentino, paraguayo y uruguayo destinado a Brasil goza de una ventaja competitiva al no tener que abonar el Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur (10%). Vale recordar, de todas maneras, que a partir del año 2019 el gobierno de Jair Bolsonaro implementó, en el marco de una excepción arancelaria del Mercosur, una cuota anual de 750.000 toneladas de importación de trigo libre del AEC.
Para la próxima cosecha brasileña la noticia es que esta semana ajustó a la baja la estimación de siembra de trigo para ubicarla en 2,772 millones de hectáreas, una cifra 9,3% menos a la de 2024. A pesar de eso, Conab estima que lograría producir 8,47 millones de toneladas de trigo (+7,4%) gracias a un incremento de la productividad y la ausencia de problemas climáticos, aunque eso, claro, está por verse.
Una particularidad, promovida por las turbulencias generadas por la “guerra comercial” lanzada por el presidente Donald Trump, es que la brecha de precios FOB entre el trigo segregado de EE.UU. y Canadá se redujo mucho respecto de los trigos a granel exportados por la Argentina, UE-27 y Rusia, lo que introduce un factor de competencia potencial en la plaza del Mercosur.
La disponibilidad de la oferta argentina de trigo es acotada porque los exportadores de ese país están priorizando los embarques de maíz con el propósito de aprovechar los elevados precios internacionales del cereal.
Por otra parte, las ventas de trigo por parte de los productores que tienen tenencias del cereal –localizados mayormente en el sur de la zona pampeana– son limitadas porque están esperando precios superiores a los actuales.
Sin embargo, la mejora impulsada por el nuevo esquema cambiario –que comenzará a regir a partir de este lunes en la Argentina– podría eventualmente promover un mayor apetito de venta del cereal.
El último dato oficial, correspondiente al pasado 2 de abril, mostraba que los exportadores argentinos habían adquirido 9,26 millones de toneladas de trigo 2024/25 sobre un total proyectado por la Bolsa de Comercio de Rosario de 12,8 millones de toneladas.
Bichos de Campo
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