En una reciente reunión del Consejo Directivo del INTA, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y el consejo directivo, del  cual forman parte las otras entidades,  lograron consensuar una reforma que evita el desmantelamiento de áreas sensibles del organismo, mientras se promueve una mayor eficiencia en su funcionamiento. Así lo explicó Sergio Melgarejo, representante de CRA en el Consejo, en diálogo con Valor Agregado Agro.

«Había dos propuestas: una impulsada por la Secretaría, presentada por el presidente y la vicepresidenta del INTA, y otra elaborada por la Dirección Nacional del INTA. Analizamos ambas y decidimos avalar la segunda, ya que implicaba una reestructuración sin una afectación drástica», dijo a Valor Agregado Agro.

Entre los cambios aprobados, se decidió reducir direcciones nacionales, coordinaciones y programas, lo que generará un ahorro estimado de entre 1.400 y 1.500 millones de pesos anuales. Además, se  cerrarán alrededor de 42 agencias de extensión, aunque sin despidos inmediatos. «Lo que habrá es un reacomodamiento del personal en función de la nueva estructura», detalló Melgarejo.

Otro punto relevante fue el cierre del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que incluía cinco experimentales y cuatro oficinas. «Le dimos al director 15 días para presentar una propuesta sobre cómo reorganizarlo», agregó.

Consultado sobre el futuro del INTA, Melgarejo aseguró que la intención de CRA y otras  entidades del agro es fortalecerlo y hacerlo más eficiente. «Queremos un INTA más enfocado en biotecnología, riego, fertilidad y suelos. La transformación debe hacerse con los productores adentro«, subrayó.

Finalmente, se mencionó la posibilidad de implementar jubilaciones anticipadas para quienes no se adapten a la nueva visión del organismo. «No buscamos desmantelar el INTA, sino modernizarlo y potenciar su impacto en el sector», concluyó Melgarejo.