La Plata: internaron a un hombre en terapia intensiva tras contraer “la enfermedad de los loros”
Un caso confirmado de psitacosis encendió todas las alarmas en la región de la capital bonaerense. Se trata de un vecino de la localidad de Berisso, que fue diagnosticado con la peligrosa enfermedad y tuvo que ser internado de urgencia en La Plata.
Fuentes sanitarias confirmaron al sitio Infoberisso que el paciente infectado tiene 55 años y tuvo que ser hospitalizado a raíz del agravamiento de su cuadro médico. El hombre fue trasladado al platense Policlinico San Martín, donde los expertos confirmaron el contagio y ordenaron que quedara internado en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del lugar, de acuerdo con lo informado por la web 0221.
Chlamydia psitacci
La psitacosis es una enfermedad infecciosa aguda y generalizada causada por la Chlamydia psittaci, un tipo de bacteria que se encuentra en los excrementos de pájaros infectados. Aunque es transmitida a los humanos principalmente por loros y cotorras, también afecta a otras aves como canarios, gallinas y palomas.
“El cuadro clínico de la psitacosis puede variar entre infección sin enfermedad evidente, a una enfermedad febril inespecífica o una neumonía”, se explica en el sitio web del Ministerio de Salud de la Nación y, en la misma línea, se agrega que “la neumonía comienza con un cuadro de afectación general: hipertermia (cuerpo caliente), dolor de cabeza (síntoma constante), decaimiento general, fatiga y cansancio. A las 24-48 horas comienza la tos con expectoración escasa, en general mucosa y viscosa”. “También pueden aparecer ictericia (la piel se pone amarilla), esplenomegalia (aumento del bazo) y alteraciones de la percepción”, explican los especialistas.
Aunque la enfermedad suele ser leve o moderada, también es capaz de producir cuadros graves, especialmente en los adultos mayores y ancianos que no reciben tratamiento.
Propagación
La psitacosis se propaga cuando las aves enfermas eliminan la Chlamydia psittaci al medio ambiente a través de secreciones oculares, excrementos secos, secreciones respiratorias y polvo de las plumas. Esas secreciones al secarse permanecen en el aire y son aspiradas por las personas, infectándolas.
Usualmente, la transmisión ocurre en espacios cerrados, con hacinamiento de aves y sin ventilación; también en lugares vinculados con las capturas de aves silvestres y tráfico ilegal de animales.
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