Pese al «operativo clamor», La Cámpora abraza a Sergio Massa como posible candidato presidencial
Así como ocurrió en la campaña de 2019 con Alberto Fernández, tras su designación como candidato a presidente, un sector del kirchnerismo estaría ahora dispuesto a respaldar a otro dirigente que años atrás se caracterizaba por sus airadas críticas al universo cristinista, aunque hoy se erige como un sostén crucial del Gobierno del Frente de Todos (FdT), o de lo que queda de él.
Se trata del ministro de Economía, Sergio Massa, quien prometía en un pasado no tan lejano -aunque está demostrado que en política, a las palabras se la lleva el viento- cárcel para los corruptos y «barrer con los ñoquis de La Cámpora», en un recordado discurso proselitista de 2015. Luego, el líder del Frente Renovador optó por asestarle un golpe de nocaut a su propia peregrinación anti-K con su ingreso al FdT, pactado lógicamente con Cristina Fernández de Kirchner.
Convertido desde agosto del año pasado en el funcionario más determinante de la administración Fernández, pese a sus fallidas previsiones iniciales con respecto a la inflacion, el titular del Palacio de Hacienda se asoma hoy como un probable contendiente a la Presidencia de la Nación de cara a las próximas elecciones con el apoyo incluso de dirigentes camporistas.
En charlas de café, voceros de la agrupación ultra-K liderada por Máximo Kirchner no tienen dudas al respecto: «El candidato es Massa», aseguran, siempre y cuando Cristina confirme su decisión de mantenerse apartada de la competencia electoral, a pesar del «operativo clamor» lanzado recientemente para convencerla de que revea su postura y juegue. Llegado el caso, también podría postularse para senadora nacional en la provincia de Buenos Aires, buscando así traccionar la boleta oficialista en ese distrito clave para el kirchnerismo este año.
En filas de La Cámpora valoran que Massa haya decidido «subirse al toro loco» de la economía argentina tras la renuncia de Martín Guzmán como jefe del Palacio de Hacienda y lo consideran como un referente político con la trayectoria y la espalda necesaria para intentar «recuperar la figura del Presidente de la Nación», la que, según entienden, «se ha diluido» durante la gestión de Fernández al frente de la Casa Rosada.
«Ese va a ser uno de los desafíos del próximo Gobierno», dijo a NA una fuente camporista. De todos modos, en la tribu más cristinista de todas las que integran la coalición oficialista vislumbran un panorama complicado para los próximos meses, al entender que es poco probable que las actuales condiciones económicas mejoren sustancialmente como para apuntalar y robustecer las ambiciones de triunfo del FdT.
Es decir, da la sensación de que en el camporismo ya están resignados a que la inflación se mantenga en niveles elevados, justamente un año después de que Fernández le «declarara la guerra», allá por mediados de marzo de 2022: «La economía no va a acompañar», anticipan, y menos en medio de una sequía histórica en el país. De cualquier manera, se entusiasman con la posibilidad de resultar favorecidos -eventualmente- por el escenario de atomización que podría darse en las próximas elecciones: «Va a estar para cualquiera», pronostican.
«Wado que vaya a una PASO»
Mientras miran de reojo el crecimiento en encuestas sobre intención de voto del economista libertario Javier Milei, a quien consideran como un claro ejemplo doméstico de un «fenómeno global», con «outsiders» que se nutren y fortalecen con el hastío de un amplio sector de la sociedad hacia la política tradicional, en filas camporistas entienden que así como Massa debería competir por la Presidencia de la Nación en 2023, Daniel Scioli podría transformarse en «un buen candidato» a jefe de Gobierno porteño.
¿Y Eduardo «Wado» de Pedro? «Que vaya a una PASO, para darle más volumen político a la propuesta electoral del Frente de Todos«, expresó la fuente consultada por esta agencia sobre las presuntas aspiraciones del ministro del Interior de «jugar» este año. Además, dejó entrever que en el kirchnerismo esperan que en algún momento intervengan gobernadores peronistas o bien líderes sindicales en la discusión sobre los planes de Fernández de ir en busca de una reelección y lo convenzan para que se baje. En el ínterin, referentes del camporismo lo siguen cascoteando a discreción al jefe de Estado.
A propósito, en filas del núcleo duro K existen quienes creen que, en realidad, desde el entorno de Fernández lo alientan a competir por una renovación de mandato «para no quedar a la deriva». «No sé si él realmente está tan decidido», sostuvo la misma fuente del clan cristinista. «Lo que a mí me parece es que a muchos de los dirigentes que están con él se les acaba la carrera política si él se vuelve para su casa», añadió.
«Es más, es probable que él -por Alberto Fernández- extrañe esa vida, la de sacar a pasear -a su perro- Dylan», estar más tiempo con su familia, con su pequeño hijo Francisco y dar clases en la Universidad de Buenos Aires (UBA) «o en la Sorbona» (en París), acotó la fuente camporista en su charla con NA. Pero llegado el caso, ¿existe la posibilidad de que el kirchnerismo rompa y abandone el FdT si el Presidente insiste con sus pretensiones de competir este año, eventualmente, en una PASO? «Para nada, si estuvimos en el Gobierno durante toda la gestión, no nos vamos a ir faltando 10 minutos. Aparte al frente lo armamos nosotros, por qué habríamos de irnos», enfatizó la misma fuente.
Hace tiempo que Fernández dejó de ser para La Cámpora aquel ¿entrañable? «capitán Beto» que había sido designado por Cristina en 2019 para liderar el regreso del peronismo al poder después de los cuatro años de -fallida- gestión macrista. Hoy, sectores del núcleo duro K proponen a otro ex conspicuo crítico del kirchnerismo para que se lance al ruedo y trate de evitar el retorno del partillo amarillo a la Casa Rosada.
Incluso días atrás, en un comunicado bastante particular, la agrupación que encabeza Máximo Kirchner debió realizar malabarismos para criticar la revisión del acuerdo de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sin cuestionar -ni mencionar- a Massa, cuya «luna de miel» con el camporismo parece continuar: «Lo quiero siempre en mi equipo», había dicho apenas horas antes de conocerse el resultado de esa renegociación el «Cuervo» Andrés Larroque, ladero fiel del hijo de la Vicepresidenta, sobre el titular del Palacio de Hacienda.
En el FMI, de todos modos, no entienden cómo el Gobierno es incapaz de lograr que «el 10 por ciento más rico de la población en la Argentina pague la tarifa plena de los servicios públicos«, según comenta el propio Massa entre dirigentes de La Cámpora. «Eso es porque estuvo mal hecha la segmentación energética y Alberto (Fernández) no quiere cobrarles a los vecinos de Barrio Parque lo que corresponde», dijo a NA la fuente consultada: «Por eso Sergio a veces nos dice que le va como el orto en las conversaciones que mantiene con el Fondo», acotó.
Regreso de Macri y de Cristina
Por otra parte, y en medio del «operativo clamor» kirchnerista, se anuncia para el próximo martes la presencia de Cristina en un acto organizado por el llamado Grupo de Puebla en el Centro Cultural Kirchner (CCK) para respaldar a la ex jefa de Estado y denunciar un supuesto «lawfare» (guerra jurídica) en su contra aquí en la Argentina, tras su reciente condena por actos de corrupción en la causa Obra Pública.
Esa actividad se producirá apenas un día después del previsto retorno a la acción del también ex presidente Mauricio Macri, que recién regresado de una prolongada estadía en Europa se espera que el lunes que viene visite Rosario, una ciudad que se ubicó en el centro de la escena recientemente por su problemática con el narcotráfico y sus elevados niveles de violencia urbana, incluyendo el mensaje mafioso que recibió Lionel Messi a comienzos de este mes. El líder del PRO, asimismo, viene de alzarse con una altamente demandada foto junto al astro del fútbol argentino en un evento de la FIFA en el Viejo Continente.
Su vuelta al país genera una expectativa particular, en el ámbito político doméstico, con motivo de la interna desatada en el seno de Juntos por el Cambio (JxC) de cara a las próximas elecciones y protagonizada, en especial, por referentes del PRO. En este sentido, aún está por verse qué rol desempeñará Macri en la campaña electoral 2023: ¿será candidato? Hoy da la sensación de que finalmente no competirá, pero…
Mientras tanto, días atrás sí se lanzó de manera formal el gobernador de Jujuy y presidente del radicalismo, Gerardo Morales, como precandidato presidencial, aunque su ambición de máxima, en definitiva, sería convertirse en compañero de fórmula de Horacio Rodríguez Larreta con vistas a los comicios generales de este año. Esa pretensión divide aguas en el seno de la UCR, donde por ejemplo el neurocientífico Facundo Manes -a priori también aspirante al sillón de Rivadavia- considera que el centenario partido «debe buscar el poder, no la Vicepresidencia», acompañando al PRO que, incluso, «ya fracasó en el Gobierno».
Morales desistió de invitar a Manes al acto de la semana pasada en el teatro porteño Gran Rex, donde sí dijeron presentes numerosos dirigentes radicales, incluidos quienes buscan pugnar por la Gobernación bonaerense en 2023. En esa lista se anota el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, quien intenta presionar a las autoridades partidarias provinciales para que convoquen el mes que viene a una interna entre los distintos aspirantes de la UCR al cargo que actualmente ocupa el kirchnerista Axel Kicillof.
«Está avalado por (Enrique) ‘Coti’ Nosiglia», aseguraron a NA desde el entorno del jefe comunal, en referencia al inagotable operador radical y a la posibilidad de que el radicalismo en la provincia de Buenos Aires compita finalmente en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) con un único precandidato a gobernador surgido de una votación preliminar. En este sentido, Posse deberá pulsear especialmente con Maximiliano Abad, titular la Unión Cívica Radical (UCR) en territorio bonaerense, para tener éxito en su cometido.
Por lo pronto, el lanzamiento de Morales sirvió para envalentonar en los últimos días al radicalismo, que si bien no ha logrado aún quitarse por completo de encima las cenizas del fracaso de Fernando de la Rúa -de cuya caída pasaron más de dos décadas ya- y así poder resurgir en plenitud, sí parece decidido este año a generar un mayor ruido interno en JxC, aprovechando incluso las tensiones en el PRO. Habrá que ver en definitiva hasta dónde le llegará la cuerda al gobernador jujeño con sus aspiraciones presidenciales y qué objetivo finalmente se traza Manes, cuyos próximos pasos al menos hoy lucen inciertos.
NA
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