Por: Dr. Daniel Urcía, presidente de FIFRA
Una larga agenda postergada que requiere atención urgente
Mientras el Gobierno centra su preocupación en el precio de la carne, a las industrias frigoríficos les preocupan una lista larga de tema que se requieren resolver para hacer más eficiente y competitivo al sector y que ayudarán a combatir la evasión. Son cuestiones que desde hace tiempo forman parte de una agenda desatendida por las autoridades.
La carne viene siendo noticia y de hecho ha sido eje de la campaña electoral, tanto para el oficialismo como para la oposición. La decisión de limitar las exportaciones dejó postergada toda la agenda del sector que pareciera no preocupar a los funcionarios y que es tan importante como la misma restricción.
El gobierno insiste con la medida ratificando su continuidad sin introducir los mínimos ajustes necesarios para evitar el severo perjuicio que le está ocasionando a las plantas que no tienen antecedentes suficientes como para completar un contenedor al mes, para citar un ejemplo claro dentro de los muchos perjuicios que ocasiona la norma.
Mientras tanto, los argumentos que motivaron tal decisión se desvanecen por su propia realidad. La faena de las categorías de consumo, novillitos y vaquillonas de dos dientes, crecieron respecto a abril en 17 y 10% respectivamente, recordemos que comparamos con abril el último mes sin trabas a las exportaciones y por tener la misma cantidad de días hábiles que agosto (21). La faena de novillos creció (+8%) tal vez traccionado por mejores precios en Europa y cuotas exceptuadas de la restricción exportadora. Y cayó significativamente la faena de vacas. En el global del mes la actividad mejoró 3,3%. A la par, la faena de cerdos continua creciendo resultando 5% superior respecto de abril y el destino principal también de esa carne es el mercado doméstico.
Los datos de faena nos demuestran que el mercado local está muy bien abastecido en cantidad y los precios están estables. Después de la segunda quincena de junio (cuando se dio el último aumento importante) no hubo incrementos aunque el país continúa con un ritmo de inflación del orden del 3% mensual por lo que, seguramente, en algún momento se hará necesaria una recomposición de los precios.
Al Gobierno le preocupan los incrementos en carne, a nosotros nos inquieta la agenda, que oportunamente pusimos en conocimiento y también afecta o impacta en los costos y por ende en los precios, no haya tenido ningún avance y por ese motivo vamos a recordar los temas pendientes:
Adecuación de alícuota de IVA al servicio de faena e insumos de producción de engorde intensivo que deberían tributar 10,5%. El año pasado hicimos gestiones ante el Poder Ejecutivo y Legislativo solicitando la revisión y corrección de la alícuota de IVA para con el servicio de faena, pero resultaron infructuosas. Esta cuestión se discutió en el ámbito del Consejo Agroindustrial Argentino y con funcionarios del Poder Ejecutivo con quienes se acordó dar solución al servicio de faena y a los insumos de los engordes a corral unificando la alícuota en el 10,5%.
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Troceo: la decisión de intervenir en el mercado comercial obligando al troceo para la distribución al comercio minorista solo traerá perjuicios a los operadores y encarecimiento del producto a los consumidores. La salud de los trabajadores, que se tiene proteger con la medida, bien puede ser cuidada por el uso de medios mecánicos, como se hace habitualmente en muchos lugares, lo que implica por ejemplo la utilización de rieleras, guinches o carros especiales para el acarreo de medias reses. El sistema de transporte no está preparado para transportar trozos y automáticamente se reduce su carga en un tercio incrementando el costo. Hay más de 200 mataderos en el país que no cuentan con instalaciones adecuadas para hacer el troceo y de los restantes muchos no poseen capacidad de frio suficiente para almacenar su producción. Hacerlo obligatorio en esas condiciones significará bajar la inocuidad del producto poniendo en riesgo la salud de la población. Así como está diseñado será un fracaso rotundo como lo fue el corte por lo sano en el año 1991.
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Régimen simplificado para comercio minorista: hemos reclamado y demostrado que en el comercio de carnes (carnicerías) el régimen fiscal general no contiene a dichos contribuyentes, por ende, todo sistema nuevo que se quiera implementar está condenado a fracasar, como el Remito Electrónico de Carnes que la gestión de gobierno anterior quiso poner en marcha y no funciona. Se necesita un régimen simplificado especial para que se regularicen las más de 80.000 carnicerías de todo el país de las cuales el 90% son comercios unipersonales de tipo familiar. Muchas provincias y ciudades podrían adherir para que, con un pago único, se cumpla con el aporte de los impuestos nacionales, provinciales y locales. De esa manera se conocerá la totalidad de los comercios y se podrá poner en vigencia real al Remito Electrónico Y ASI SE TRANSPARENTARÁ EL MERCADO DE CARNES.
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Se requiere Acuerdo con provincias para un régimen de alícuotas de Ingresos Brutos para carnes unificado. La alícuota debería ser de 1% en el comercio minorista y de 0,5% para industrias y matarifes abastecedores, es otra gestión que se requiere para que se formalice la actividad.
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Se requiere de un acuerdo con las provincias para establecer un régimen de habilitación sanitaria unificada en el tipo A de la ley Federal Sanitaria de Carnes (Decreto Reglamentario 4238/68), eliminando luego de un plazo de 2 años los tipos B y C y dejando únicamente excepciones para zonas sin acceso de caminos transitables, únicamente zonas remotas e inhóspitas, por razones de salud humana y bienestar animal las instalaciones precarias deben ser cerradas definitivamente.
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Se necesita realizar una reforma de la Ley de Marcas y señales incorporando los dispositivos electrónicos como alternativa a la marca a fuego y generar beneficios fiscales para quienes lo utilicen, realizando acuerdos con las provincias para su rápida instrumentación y aplicación en las leyes locales.
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Hay que generar cambios en la forma de financiación del Plan Creha que realiza SENASA para que sea un programa federal y representativo de todo el universo de faena y así asegure la sanidad del rodeo y de nuestros consumidores. El pago de las muestras que se envían a laboratorios debe ser asumido por el Estado.
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Créditos a la compra de Maíz para hacienda en engorde a corral: el acceso para créditos a tasa subsidiada en el Banco Nación para la compra de maíz para hacienda en engordes a corral registrados en Senasa se ve severamente limitado por una normativa del Banco Central respecto de la tenencia de soja y trigo. También deja fuera a los Matarifes y Frigoríficos que requieren inscripción como comprador de grano para consumo propio en RUCA.
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Eliminación de retenciones a la exportación de cuero crudo salado: El año pasado temporalmente se logró que se quitaran las retenciones a la exportación de cueros crudos salados lo que generó que muchos frigoríficos hicieran contactos y exportaciones concretas. Lamentablemente la dispensa se discontinuó volviendo al régimen anterior que hace que sea económicamente inviable la actividad por la distorsión que generan la retención y la referencia a precios del extranjero.
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Eliminación de restricciones a las Exportaciones: se solicita que se levante las restricciones a las exportaciones. En su defecto, se requiere que se les dé solución inmediata a las empresas que no poseen antecedentes de exportación o cuando estos son exiguos y por lo tanto se encuentran impedidas de desarrollar esa actividad comercial. Por otro lado, también se requiere que se le dé solución a las empresas que solo poseen habilitación o actividad comercial con destino a China y que se ven perjudicadas respecto al resto. Sus posibilidades de venta al extranjero están limitadas al 50% mientras que otras poseen mayor volumen al tener la posibilidad de vender a cuotas como la Hilton, la 481, la de Estados Unidos y al cupo que recientemente se autorizó para Israel. Esta situación coloca claramente en un escalón inferior y de perjuicio a las que solo operan con destino China. Por el lado del cupo implementado para Israel deja también en una situación inferior a las empresas que venían realizando inversiones y que todavía no realizaron negocios con ese destino, esas firmas se ven perjudicadas en su plan de amortización de esas inversiones. Por último, los cortes excluidos de exportación de la categoría vaca en general no tienen cabida en el consumo doméstico, su restricción solo ocasiona gastos en depósitos de enfriado y en definitiva incrementan los costos del sector industrial.
En definitiva, urge la necesidad de retomar la agenda de temas pendientes y dar respuestas concretas a las demandas del sector. La resolución de estos hará más competitiva y eficiente a una actividad vital para la economía argentina y mejorará la composición de precios que tanto preocupa a las autoridades.
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