Tras 50 días de seca y 22 de ola de calor, llegó el agua tarde: el maíz cae 1,7 Mt
Después de 50 días regresaron lluvias importantes a la región núcleo. El maíz tardío se desplomó por las brutales condiciones ambientales anteriores a las tormentas: en 15 días los promedios cayeron 20 quintales y se perdieron al menos 90.000 ha más.
Cayeron casi 50 mm en promedio en la región; Pero ojo, porque hay registros que superaron los 100 mm pero también marcas casi nulas en el N de Buenos Aires. Finalmente, el cambio en el patrón de clima parece haber llegado a partir de la segunda quincena de marzo: cambio en la circulación, descenso de las temperaturas y precipitaciones de amplia cobertura y con importantes acumulados. Se superaron los 100 mm en Idiazábal (149,5 mm), Colonia Almada (112) y Bellville (104) en el este de Córdoba. Centro y sur de Santa Fe registró de 80 a 30mm con un claro gradiente negativo hacia el sur. En el norte de Buenos Aires reina el desconcierto: ¿porque no llueve? Hay una nueva oportunidad para las próximas 72 horas. Por lo pronto, desde Santa Teresa hasta Rufino las tormentas parecen haberse salteado ese territorio para apenas dejar entre 2 a 20 mm, dio a conocer un informe de la BCR.
¿Seguirán las lluvias para poner punto final a la peor sequía que se recuerda en la región?
Elorriaga dice que “los condicionantes de escala regional han cambiado y favorecerán un tránsito hacia un otoño con lluvias normales. Pero no puede garantizarse que en un corto plazo llueva lo suficiente para compensar los requerimientos de los perfiles de suelo tras tres años Niña”. La imagen de reserva de agua en el suelo (izquierda) para el 1er metro del suelo actualizada el miércoles 22 muestra el cambio tras las lluvias, respecto de la semana pasada (derecha). Siguen faltando entre 80 y 120 mm para alcanzar el estado óptimo de las reservas de agua en el suelo en el 1er metro del perfil.
¿Qué efectos pueden tener estas lluvias en los cultivos en el tramo final de la gruesa 2022/23?
Ante la pregunta, los técnicos de Rosario responden: “las lluvias son el final del velatorio: ya enterramos la campaña 2022/23”. Explican que las lluvias le ponen final a la angustia de no saber cuánto más se podía seguir perdiendo: “antes de las lluvias, no se sabía cuánto de lo que estaba en el campo en la última semana se iba a perder. Ahora hay una idea de lo que podrá cosecharse”. Respecto a los maíces tardíos explican que el 30% de las siembras de diciembre no lograron formar espigas pero que hay otros lotes en los que, pese a que polinizaron muy mal por la falta de sincronización, ahora tienen posibilidades de alcanzar los 25 a 30 qq/ha. La mayor esperanza está puesta en las siembras de fines de enero: “si no los agarra una helada temprana, podrían dar una sorpresa y alcanzar hasta 30 qq/ha”, indican. En Marcos Juárez previo a la lluvia reportaban que todo el maíz de primera (siembras tempranas) estaba absolutamente definido y que el 80 % de lo tardío también. Puntualmente, estimaban pérdidas del 50 % en el maíz temprano. En cuanto a lo tardío, explican que estas lluvias son solo útiles para frenar el deterioro de algunos lotes. En otros ya es muy tarde. En Bigand dicen que por la gravedad de la situación, aunque recibieron 50 milímetros entre el lunes 20 y el martes 21 (algo que no ocurría desde hace un año) estas lluvias no mejoran los daños de la sequía y el calor.
La cosecha de maíz será un 75% de lo que se esperaba a inicios de campaña
Al inicio de campaña, en la región núcleo el horizonte productivo con un escenario normal de clima mostraba 10 Mt de maíz. El 8 de febrero la estimación bajó a 4,9 Mt. Y hoy, 23 de marzo, tan solo dos semanas después, se estima que serán 3,2 Mt. Lamentablemente, la falta de lluvias y las altas temperaturas registradas hasta el fin de semana que pasó desplomaron los rindes del tardío y aumentaron las pérdidas de superficie. Las lluvias pondrán un freno a las pérdidas, pero para gran parte de lo sembrado es muy tarde. Las brutales condiciones ambientales de calor y falta de agua se llevaron por delante la estrategia defensiva se de sembrar tarde. La región comenzó y terminó la campaña sin condiciones agronómicas de producción. Por el momento, se estima que la cosecha solo será el 32% de lo que se esperaba a principios del ciclo. Respecto al volumen de maíz del año pasado —año que también fue seriamente afectada por la sequía en pleno periodo crítico de los maíces tempranos— el ciclo 2022/23 producirá tan solo la cuarta parte de dicha cosecha.
Rinde de maíz en caída libre: 34 qq/ha
Tras dos campañas donde el rinde promedio de la región núcleo superó los 100 qq/ha (la 2018/19 y 2019/20), el efecto “Niña” se fue imponiendo hasta ganarle definitivamente la pulseada a los rindes maiceros. La marca del 2022/23 es el mínimo de los últimos12 años con 34 qq/ha. La estrategia de sembrar maíz tardío para escapar de la sequía no fue suficiente para ponerse a salvo de este tercer año con Niña consecutiva. Los rindes de las cosechadoras no parecen ser del cultivo que supera las 3 cifras en quintales. Carlos Pellegrini con un avance de cosecha del 70%, muestra un rinde medio de 40 qq/ha. En Pergamino los lotes muy buenos obtienen rendimientos de 20 a 40 qq/ha. En Marcos Juárez el avance es del 50% y el rinde promedio de 55 qq/ha.
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