Por la sequía, aumentó la oferta de carne en el primer trimestre y el consumo creció un 5,5%
La sequía causó estragos en el conjunto del sector agropecuario, aunque con afectaciones disímiles entre las diferentes actividades. Así, como en la agricultura la falta de lluvias se tradujo en un fuertísima e inmediata caída de la producción afectando el volumen de granos para comercializar, en la ganadería tuvo un efecto a corto plazo contrario: aumentó la oferta de animales para faena, y por ende la producción de carne y su consumo.
Según un informe de la Secretaría de Agricultura, en el primer trimestre del presente año la faena de vacunos creció un 12,5% respecto al mismo período de 2022, pasando de 3.143.837 cabezas a 3.536.378. Este incremento en el envío de animales tuvo su correlato en la producción de carne del 11,5%, equivalente a 83.000 toneladas equivalente res con hueso hasta las 804.000 toneladas.
Este mayor volumen se tradujo en un incremento en la oferta de carne en el mercado interno del 11,5% llegando a una 584.000 toneladas, lo que genera, al mismo tiempo, un aumento en el consumo aparente por habitante, inclusive llegando a valores por encima de los dos últimos años. Así, en promedio el argentino consumió 51,03 kilos por habitante al año en los primeros tres meses del año, un 5,5% por encima de lo registrado en 2022. Por último, el volumen exportado creció 13,3% y alcanzó las 220.953 toneladas equivalentes con hueso.
Lo cierto es que este mayor consumo y el crecimiento en la faena no responde a una cuestión de una mejora en la demanda de los consumidores, sino a cuestiones relacionadas con la sequía. En este sentido, el presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (CICCRA), Miguel Schiariti, explicó que son dos los motivos que explican este aumento en la producción de carne: la falta de pastos y un mejoramiento en la ecuación económica de los feedlots.
“El primer motivo es que como no hay pasto por la sequía, los animales de consumo están adelantándose en la faena, porque lo engordan a corral. Si bien van más livianos, engordados en feedlot en 90 o 120 días ya están para faenar. Así, la faena aumentó en el primer trimestre un 10% respecto al año pasado”, explicó Schiariti en diálogo con Infobae.
En segundo lugar, el dirigente sostuvo que “mejoró la ecuación del engorde a corral porque el precio (del animal y de la carne al consumidor) aumentó de manera importante, siendo hoy más que suficiente. Cualquier novillito está en un valor muy cercano a los $500 pesos, mientras que la mercadería especial está por encima de ese precio. Asimismo, a pesar de la sequía y que en nuestro país hay muy poco maíz, el precio del cereal no subió en la misma proporción que el vacuno”.
Por su parte, el consultor ganadero, Víctor Tonelli sostuvo que “está claro que hay mayor oferta de consumo. Mis cálculos dan como resultado un crecimiento del 5% en este sentido, pero también creció la exportación, por lo que la oferta total de animales subió por encima del 11% y se mantiene, según los datos preliminares de abril. Precisamente, aquí está el efecto sequía como determinante en la oferta de carne”.
En este sentido, Tonelli explicó que “hay una reducción de recursos forrajeros y una imposibilidad para mantener la carga de animales en los campos. Quedan cuatro meses muy duros para el sector porque lo que define la oferta es la escasez de pasto, por lo que va a seguir habiendo liquidación hasta mediados en septiembre y tendremos oferta abundante y amesetamiento de precios”.
Caída del rodeo
Pero esta mayor oferta de animales, la liquidación del stock – especialmente de vacas – y las considerables mermas en la preñez durante este año, tendrá su correlato en la falta de terneros y en la reposición de cabezas. Así, Tonelli proyectó que la sequía y sus efectos representará una caída del rodeo nacional de entre 2 y 2,5 millones de cabezas. En este sentido, el especialista explicó que la falta de lluvias encontró al sector ganadero en un proceso de crecimiento de su stock de 800.000 cabezas y 600.000 terneros más que en 2022. Esto también permite “una mayor oferta de animales en un contexto donde no hay oferta forrajera que permita mantener a los animales y ese es el efecto brutal y destructivo de la sequía. Estamos viendo los efectos de vaca vacía, los terneros que no van a nacer y la liquidación del rodeo”.
Es por eso que el especialista sostuvo que el sector va a tener “un 2024 complicado para la oferta y el consumidor, pero que será beneficioso para el productor, porque cuando cambie la oferta forrajera y los campos estén liberados de carga, los precios se van a recuperar. Hoy hay un veranito para el consumidor, porque en los próximos cuatro meses es difícil que el precio de la hacienda suba y cada vez la carne va a estar más barata en comparación con una inflación galopante. Pero el productor la pasa mal hasta que haya un cambio de ciclo con el advenimiento de la primavera”.
Infobae
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