“Fertilizar Más y Mejor”

Para lograr aplicaciones que rinden, recomiendan hacer un fuerte foco en la calibración del equipo

El alto incremento productivo que genera cada kilo de nutrientes aportado es la base del alto retorno económico que tiene la fertilización. Para que esto se cumpla es necesario realizar aplicaciones basadas en una adecuada calibración de los equipos. El Licenciado Ricardo Martínez Peck enumeró las variables que deben considerarse para el correcto trabajo de los diferentes sistemas que ofrecen las máquinas fertilizadoras. Se han medido incrementos de hasta mil kilos más de maíz por hectárea con un equipo bien regulado.

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En el cierre del ciclo “Fertilizar más y mejor”, organizado por Profertil, la mayor empresa de fertilizantes del país, el Licenciado Ricardo Martínez Peck se refirió a la fuerte incidencia que tiene la adecuada calibración de las fertilizadoras en el resultado obtenido con los nutrientes aplicados. Al comenzar el encuentro con los periodistas asistentes, Mirta Toribio -Coordinadora de Investigación y Desarrollo de Profertil- indicó que «La correcta aplicación de los fertilizantes es uno de los requisitos fundamentales cuando hablamos de las Mejores Prácticas de Manejo, conocidas como las 4R, para la nutrición de los cultivos. Y para ello, debemos realizar la calibración de la fertilizadora, asegurando la dosis correcta y la mayor eficiencia de uso de los nutrientes«.

La importancia del tema elegido para la reunión fue remarcada por Martínez Peck al indicar que “La aplicación de fertilizantes sólidos en cobertura total es la práctica más generalizada de fertilización utilizada en Argentina”.

El reconocido especialista en maquinarias agrícolas explicó que para ello se dispone de equipos de aplicación de diferentes características, existiendo modelos de tres puntos, de arrastre y automotrices. Agregó que independientemente de su capacidad o sistema de transporte, se pueden dividir en dos sistemas de aplicación bien diferenciados, las fertilizadoras de platillos y las de barral neumático.

“Cada una de estas alternativas presenta sus ventajas y eventuales desventajas”. Martínez Peck señaló que los equipos de platillos y sobre todo los del tipo gravimétricos (donde el fertilizante cae por gravedad), dependerán en mayor proporción de los siguientes aspectos:

Dependientes del fertilizante utilizado.

* Densidad aparente del fertilizante

* Granulometría del fertilizante

* Resistencia mecánica del fertilizante

* Grado de higroscopicidad del fertilizante

Dependientes de las condiciones de aplicación

* Viento

* Humedad relativa

* En las fertilizadoras gravimétricas, la estabilidad de la velocidad de avance del equipo.

Bandejas de calibración

“Si el fertilizante a utilizar es de granulometría estable y de densidad conocida, los parámetros para determinar el verdadero ancho de labor efectivo pueden haber sido calculados por el fabricante de la fertilizadora y dar los parámetros de calibración necesarios para evitar aplicaciones desparejas”, dijo el especialista.

“Ahora bien -continuó-, si las propiedades físicas del fertilizante son muy variables, será imprescindible recurrir a las bandejas de calibración para lograr identificar el mejor patrón de distribución para ese producto”. Martínez Peck indicó que esto es lo que explica que sea tan frecuente ver los lotes de trigo recién fertilizados con franjas de distintos grados de coloración, que van desde el verde azulado (exceso de producto) hasta el verde amarillento (carencia de producto). Al respecto, remarcó que es muy frecuente encontrar los equipos de platillos sin el kit de bandejas imprescindible para hacer los ajustes que aseguren una aplicación uniforme del granulado.

Frente al avance de la agricultura digital y a las prescripciones de aplicaciones variables de fertilizantes se incrementa la importancia de asegurar la calidad de aplicación. “La variabilidad ´involuntaria´ no debería superar a la ´voluntaria´ remarca el especialista-. De no ser así, cualquier estrategia de fertilización variable quedará condicionada por el grado de exactitud de las aplicaciones”.

Al respecto, citó que según Cunha-Soares los coeficientes de variación registrados en los distintos ensayos arrojaron valores entre un 13% y un 88% y entre un 6% a un 52%, respectivamente, dependiendo del producto. “Es por ello que debería promoverse la calibración frecuente para cada tipo de producto”.

También indicó que según Tourn, con una máquina bien regulada se pueden obtener 1.000 kilos más de maíz con respecto a una fertilizadora mal calibrada.

“Los equipos de barral neumático acotan en gran medida el grado de incertidumbre que se pudiera originar por los factores mencionados anteriormente. Desde ya que -dice Martínez Peck-, su costo de adquisición, mantenimiento y operación son más elevados”.

La oferta local de estos equipos ha crecido en los últimos años, sumándose a las ofertas de origen importado que vienen siendo utilizados hace casi 25 años. “La generalizad práctica de los cultivos de servicios o coberturas, incremento también la demanda de estos equipos y por ende está traccionando la oferta de los mismos. La otra ventaja es que si se trabaja con mezclas físicas de distintos fertilizantes o mezclas de semillas, gracias al sistema de conducción por barral neumático, se evita la clásica ´segregación balística´ de los sistemas de platillos”.

Equipo Impala de Yomel

“Como se consideró anteriormente la técnica de aplicación de fertilizantes sólidos esta estrictamente relacionada con las propiedades físicas de los productos a utilizar -señaló el especialista-. Por esto es importante tener datos que indiquen con que calidad de fertilizante se esta trabajando, ya que contando con estas herramientas las maquinas se podrán calibrar con precisión y permitirán eficientizar las aplicaciones”.

“Cuanto menor sea el grado de incertidumbre a la hora de la aplicación, con respecto a los productos y a las calibraciones de las máquinas, mayores serán las probabilidades de éxito” concluyó Martínez Peck.

 

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