Nueva norma de la UE jaquea las exportaciones

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Una nueva disposición ambiental para las importaciones europeas puede limitar no solamente las exportaciones a partir de 2024, sino también el crecimiento de las producciones argentinas que quieran llegar a ese mercado. Miembros del sector le comentaron a PERFIL que, en términos concretos, podría implicar que países como Francia dejaran de comprar carne a algunas provincias del norte del país.

La Resolución 2023/1115 de la Unión Europea regula la deforestación en productos que tengan como destino ese continente. La normativa, que se aplicará desde el año que viene, restringe la compra de productos de la región a zonas que se mantengan con los niveles de deforestación que tenían al 31 de diciembre de 2020.

“Toda aquella tierra productiva que cambió de 2021 en adelante no va a poder vender a Europa”, afirmó a PERFIL Sergio Pedace, vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA). Si bien Argentina “no está tan mal posicionada”, agregó, por la deforestación “una cadena de supermercados francesa va a dejar de comprarle a la provincia de Salta”.

El contexto no ayuda, ya que según la encuesta mensual de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) “el entorno exportador se ha seguido deteriorando”, y los acuerdos comerciales con los Estados Unidos y la Unión Europea “son los que tendrán mayor impacto exportador”, sobre todo en el rubro de los alimentos.

“De aplicarse, esta medida sin duda va a dañar la provisión de carne hacia la UE”, declaró a este medio Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra).

Con esto, agregó Schiariti, estarían condenando a países como Brasil, Argentina o Paraguay “a que no produzcan más, como hizo en su momento Brasil con parte del Mato Grosso”. Actualmente se exportan hacia la UE, por año, “50 mil toneladas de carne” aunque “lo grave es la exportación de soja”, sostuvo el presidente de Ciccra.

Según Julio Eduardo Malis, director del Centro de Investigación de Carnes del INTI, es posible que “el control se convierta en una barrera paraarancelaria por las dificultades en la certificación de la trazabilidad”.

Argentina “puede llegar a sufrir un impacto en la harina de soja, ya que Europa es un destino importante”, afirmó a PERFIL Diego Cybulka, integrante de Visión Sectorial del Gran Chaco Argentino (ViSec) y de la Mesa Argentina de carne sustentable (MACS).

Los principales destinos de estas exportaciones son Vietnam, Indonesia, Polonia, España, Malasia, Italia, Reino Unido y Australia, afirmó el especialista. “Si bien vemos destinos que no son Europa, hay una tendencia por parte de estos en copiar toda iniciativa en términos de regulación”, como es el caso de Reino Unido, explicó.

El problema, destacó a PERFIL Elbio Lauricica, presidente de Coninagro, no es la exigencia de la protección del medio ambiente, sino que estas medidas “deberían ajustarse a las realidades de cada región o país”, y contemplar las características de los recursos naturales de un país, “donde gran parte de la zona productiva no tiene bosques autóctonos”.

Más optimista en este sentido, Daniel Urcía, vicepresidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (Ipcva), señaló a este medio que son requisitos que la economía argentina puede cumplir porque “se encuentra dentro de lo que serían países de riesgo mínimo o muy bajo”, y las adecuaciones conforme a la ley nacional permiten respetar estas consignas ambientales. “Creo que es una situación que acarrea una metodología a la que tendremos que adecuarnos, pero que Argentina va a poder cumplir”, sintetizó.

 

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