El Consejo Superior del Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires envió una nota al ministro de Seguridad, Javier Alonso, expresando su preocupación ante diversos y recurrentes hechos de violencia registrados contra médicos en el ejercicio de su actividad. En el documento, se detalla la “angustia que afronta el colectivo de profesionales al momento de trasladarse a sus lugares de trabajo, a raíz de padecer agresiones demenciales en ocasión de robos, que culminan con lesiones gravísimas o incluso seguidas de muerte a nuestros colegas”.

El hecho particular que motivó la reciente inquietud de los médicos fue el violento asalto ocurrido en la localidad de Castelar. En este episodio, un profesional resultó gravemente herido luego de que delincuentes le dispararan en el abdomen y en una pierna para robarle su motocicleta. Este caso se suma a una serie de situaciones similares que generan alarma en el sector sanitario.

La seguridad del personal de salud en la mira

En la carta dirigida al ministro Alonso, también se abordó la problemática de la violencia intrahospitalaria. “También en su ámbito laboral, con especial atención en hospitales públicos, los médicos son víctimas de agresiones verbales y físicas, alterándose el necesario vínculo médico-paciente, por el temor y la tensión permanente en la atención médica”, señala el documento.

Reconociendo que “la violencia es un problema de larga data y de compleja erradicación”, el Colegio de Médicos solicitó al Ministerio de Seguridad “una estrategia renovada para paliar este flagelo que está costando vidas humanas”. Además, enfatizaron el “convencimiento de que todos los actores institucionales debemos trabajar en comunión, para provocar los cambios culturales que promuevan el respeto irrestricto por la vida”.

El pedido también hizo hincapié en la necesidad de proteger tanto a los profesionales en su traslado como en sus lugares de trabajo, instando a que se tomen medidas concretas para garantizar la seguridad del personal de salud. Este reclamo pone de manifiesto una problemática creciente que afecta no solo a los médicos, sino también a la calidad de la atención sanitaria que reciben los ciudadanos.