La ganadería bonaerense frente al cambio de Gobierno

Víctor Tonelli, criador de la Cuenca del Salado y analista del sector, plantea cuáles son las expectativas de los productores de su zona ante el triunfo de María Eugenia Vidal. Qué medidas se necesitan de un próximo Gobierno Nacional. Los posibles cambios en los modelos productivos y en los precios de la hacienda.

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El triunfo de María Eugenia Vidal, sumado a la fuerte posibilidad de que el próximo Presidente sea Mauricio Macri, ha generado una expectativa muy positiva en el sector ganadero bonaerense básicamente por dos motivos:
El primero es que se espera que el Estado esté nuevamente presente, no sólo para cobrar impuestos adecuados a las posibilidades de los productores sin la desmesura de los últimos tiempos, sino para administrar adecuadamente los recursos y dar respuesta a los principales problemas que enfrenta la región.

Entre ellos, los reclamos más escuchados tienen que ver con el manejo adecuado de las cuencas, minimizando los efectos de los excesos hídricos. También, la mejora significativa de la infraestructura de caminos asfaltados y de tierra, el desarrollo de la electrificación rural y otras tantas tareas que no sólo estimularán el arraigo rural sino que contribuirán a mejorar la productividad de una zona extensa, de gran potencial agropecuario. El control de la inseguridad rural, incluido el abigeato, es otra asignatura pendiente.
El segundo es que la gestión de Vidal permitirá coordinar las demandas regionales con el ajuste de políticas macro que llevará adelante el Gobierno Nacional, lo que resultará clave para modificar los escenarios futuros. Poco podría hacer la Gobernadora electa en incrementar la competitividad de la ganadería vacuna si a nivel nacional no se modifican las políticas de intervención de los últimos 10 años.

Concluyo entonces que la elección de Vidal ha sido un paso enorme, pero que se requerirá del triunfo de Cambiemos para completar el escenario necesario para lograr el despegue de la ganadería.
El cambio de escenario
Dado que Cambiemos ha expresado con claridad que en caso de asumir la Presidencia van a devolver la competitividad exportadora con un tipo de cambio único, sin retenciones ni ROE´s, la posibilidad de su triunfo refuerza las expectativas positivas del sector.
Esta visión ya había comenzado a anticiparse en el mercado ganadero tanto en la firmeza de la demanda por vientres como en el valor de la invernada. Estas variables sumadas a la extraordinaria relación carne/grano están impulsando los procesos de recría lo que permitirá, gradualmente, recuperar la producción de novillos con más kilos por cabeza faenada.

Es precisamente la vuelta a las recrías el factor que modificará la oferta y la demanda de los próximos años si, además, se confirma el regreso de nuestras carnes a mercados internacionales como Estados Unidos y Canadá. Téngase en cuenta que por falta de incentivos (y de precio) para producir novillos con destino a la exportación, el stock de los mismos cayó en los últimos 10 años de 6,5 millones a menos de 3 millones, con una pérdida adicional de trazabilidad para la Unión Europea difícil de cuantificar.
La expectativa de la vuelta de la demanda exportadora con mayor poder de compra (dólar único y sin retenciones) fortalecerá el cambio de modelo productivo -que en los últimos años hacía foco en llevar los terneros del destete al corral, con faena de animales jóvenes y livianos- incorporando la recría y faenando animales con mayor peso y edad.
Mientras dure esta transición, habrá caída en la oferta de machos livianos y entrepesados, que pasarán a engrosar el desarrollo de la producción de novillos y, con ello, disminuirá la faena y la oferta de carne proveniente de esas categorías. En paralelo, con la vuelta a las recrías, no sólo habrá retención de terneros por parte de los criadores sino que se incrementará la demanda de recriadores que, aprovechando la buena relación carne grano, presionarán por la categoría.
Finalmente, como consecuencia de este proceso, la cría verá revalorizar sus terneros y, adicionalmente, las vacas gordas trazadas, que se requerirán en mayor medida para los mercados ya existentes y para la nueva demanda que creará el ingreso a EE.UU. y Canadá.
En resumen, estamos ante un escenario que el mercado había comenzado a percibir pero que se incentivará si, como se espera, Cambiemos logra el triunfo el próximo 22 de noviembre.
Qué medidas se necesitan
Para cambiar el “modelo” de producción de animales livianos, no bastará la señal que emitirá la vuelta de las exportaciones con un tipo de cambio neto competitivo. Por ello, una de las medidas que ha elevado la Cadena de Ganados y Carnes a las posibles nuevas autoridades es la desgravación de la venta del novillo durante por lo menos dos ejercicios.
El análisis de las sumas y restas de la recaudación fiscal sumado a los beneficios de generar más kilos por cabeza e incrementar la materia prima para exportación, debería facilitar la puesta en marcha de la iniciativa. Asimismo, del lado del productor debería ser un aliciente que acelere el proceso de cambio.
Con respecto a la industria, se propone “aggiornar” la Ley Federal de Carnes, fijando estándares sanitarios similares a los que exigen terceros países para aceptar carnes argentinas, medida que no sólo persigue elevar la seguridad de los alimentos sino también ordenar otros aspectos. La idea es que el control de las reglas de competencia comience a beneficiar a los cumplidores respecto de quienes las evaden.
Además, para que el regreso a los mercados sea posible hay que reordenar las instituciones gubernamentales que garanticen el cumplimiento de los protocolos exigidos por los países importadores, así como impulsar con profesionalismo las negociaciones internacionales tanto a niveles bilaterales como multilaterales.
Como resultado del trabajo planteado, se espera una fuerte recuperación y crecimiento de la oferta laboral tanto a nivel de campo como en los frigoríficos procesadores. En ese sentido, resultará igualmente importante la capacitación del personal en aspectos operativos, en el cuidado de las normas higiénicas y en materia de seguridad alimenticia.
Finalmente, cabe destacar que la Cadena de Ganados y Carnes, integrada por 23 entidades de la producción, el trabajo, la comercialización y el procesamiento para consumo interno y exportación, inició un constructivo proceso de diálogo en el último tiempo. Confiamos en que el mismo se hará extensivo a las nuevas autoridades para finalmente salir del atraso generado en la última década y recuperar la competitividad perdida.

Por Lic. Víctor Tonelli
Analista en Ganadería
Fuente:valorcarne

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