Según un relevamiento del Instituto Argentino de la Yerba Mate , la pasión por el mate llevó a que, según los últimos datos disponibles, un argentino promedio consuma unos 5,5 kilogramos de yerba por año; algo así como 100 litros de mate. El relevamiento da cuenta también de que los supermercados no son los principales vendedores: de sus góndolas sale alrededor de un cuarto de lo que se consume.

En la Argentina, y especialmente en los últimos años, la infusión ganó adeptos. Los productores de yerba locales no se quedaron quietos y salieron a buscar clientes, con variedad de sabores, mezclas y precios. Pese a ello, la expansión externa no es sencilla : Siria, principalmente, y unos cuantos países árabes son los principales mercados en el exterior.

Hace pocas semanas, el cultivo fue epicentro de la polémica. Según un informe dela BBC , la Agencia Internacional para la Investigación contra el Cáncer (AIIC) , que depende de la Organización Mundial de la Salud (OMS) , puso la yerba en el grupo 2A de su lista de productos y alimentos cancerígenos. La respuesta vino de parte del gobernador de Misiones, Maurice Closs. «Detrás de la advertencia de la OMS se encontraría una multinacional que disputa el mercado de bebidas y que además está interesada en la yerba como insumo -dijo el misionero-. Quiero advertir acerca de la operación que afirma que el mate es cancerígeno como si esto fuera una verdad absoluta y comprobada».