El golpe de calor y la súper sequía, arrojan 190 dólares más de pérdidas para soja de 1ra y 330 dólares más para maíz tardío
Un nuevo informe de la Bolsa de Comercio de Rosario expone que por la caída del rinde promedio de la región núcleo: la soja de primera cayó de 20 a 15 qq/ha, y el maíz tardío, de 48 a 27 qq/ha). La foto actual de márgenes vs. la de un mes atrás muestra que las pérdidas treparon un 30% en soja de 1ra y un 50% en maíz tardío.
“Tendremos un otoño y un invierno con lluvias que se acercarán a los valores estadísticamente normales”, dice el Dr. Aiello.
Soja de 1ra: el rinde cayó un 25%, pero las pérdidas subieron al menos un 30% y habrá resultados negativos hasta para los dueños de campo
En campo alquilado, hace un mes atrás, con 20 qq/ha que se esperaban como promedio en la región núcleo, la foto de márgenes indicaba una pérdida de 635 u$s/ha. Tras los efectos de la última ola de calor, la supersequía y un recorte de 5 qq/ha, la foto actual de márgenes refleja un pérdida de 823 U$s/ha. Un 30% más de rentabilidad negativa. En campo propio, la misma comparación muestra que se pasó de un ingreso de 104 u$s/ha a asumir una pérdida de 88 u$s/ha.
Lamentablemente, estas pérdidas pueden seguir subiendo: la tendencia de los resultados de cosecha de soja muestran que los resultados serían inferiores. Y aparte de los resultados físicos, otro factor de peso en los descuentos es la gran presencia de grano verde en los lotes cosechados.
En maíz tardío, el calor descontó 17 qq/ha y las pérdidas trepan al 50% en campo alquilado. El mismo análisis de comparar los márgenes del 8 de abril con los de hoy, 5 de abril, actualizan las pérdidas de 681 uSs/ha a 1.007 u$s/ha, respectivamente.
¿”Niño o súper niño para la próxima primavera”?
Tras 3 años de Niña y una sequía histórica, todo parece posible. El hecho de haber pasado por tantos récords y eventos extraordinarios de clima que impactaron tan negativamente en la producción parece haber instalado la idea de que la normalidad climática es algo de un pasado remoto. Sin embargo, no es así, el Dr. Aiello dice: “tendremos un otoño y un invierno con lluvias que se acercarán a los valores estadísticamente normales”. El consultor Elorriaga agrega: “esa normalidad posibilitará un tránsito más holgado hacia una primavera en la cual las probabilidades de ocurrencia de un Niño ascienden a un 65%. La anomalía de la temperatura del Pacífico Ecuatorial Central (ONI) de marzo fue de -0,4°C y las proyecciones para lo que resta del año muestran una tendencia positiva. Es decir, transitaremos el otoño y el invierno en neutralidad”. Pero, ¿entonces pueden alcanzarse valores ONI compatibles con un súper niño? Elorriaga explica: “los datos actuales indican que el posible Niño será moderado. La proyección de la anomalía para el mes de octubre es de 0,99°C. Para tener un año Niño intenso, tendríamos que tener en octubre un valor de cercano a 2°C. El último año Niño intenso fue en 2015, cuando, en octubre, el valor del ONI fue de 2,4°C. En junio- julio ese indicador ya era de 1,2°C. En noviembre de 1997, otro año Niño intenso, la anomalía llegó a 2,2°C y en junio el índice había alcanzado 1°C. Este 2023, la proyección de junio-julio del ONI está entre 0.25 y 0,45°C”.
Con un promedio de 90 mm, las lluvias de marzo de la región se acercaron la media estadística
Históricamente, las lluvias promedio de marzo de la región están en alrededor de los 100 mm. Si bien el promedio es de 90 mm, hay zonas que superaron ampliamente los valores históricos y otras en las que siguen faltando muchos milímetros, como se ve en la imagen.
Las lluvias de marzo muestran un claro gradiente: desde el sudeste cordobés disminuyen hacia el noreste bonaerense. Colonia Almada, en Córdoba, acumulo 220 mm, mientras que Chacabuco, en Buenos Aires, marcó tan solo 28 mm. La porción central de la región y el noreste bonaerense no lograron alcanzar la media de los 100 mm. El caso extremo sigue siendo Pergamino que solo acumuló 40 mm.
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