Dos entidades del agro, rechazaron el intento de imponer una «tasa al metano bovino» y advirtieron por su impacto en la producción
La Confederación Rural Argentina (CRA) cuestionó con firmeza la propuesta legislativa que busca aplicar una «Tasa Ambiental sobre el Metano Bovino (TAMBA)», iniciativa impulsada por una diputada nacional. Desde la entidad rural sostuvieron que la medida no constituye un debate ambiental serio, sino «otra muestra de la capacidad de daño de dirigentes que desconocen cómo se produce en Argentina».
Según remarcó CARBAP -entidad confederada de CRA-, la iniciativa carece de sustento técnico y productivo: «Cobrar por respirar a las vacas no reduce emisiones, reduce producción», señaló la entidad bonaerense-pampeana, en línea con la preocupación generalizada del sector.
CRA recordó que la ganadería argentina cumple un rol estratégico en la generación de empleo, el abastecimiento interno, la movilización de las economías regionales y el posicionamiento exportador del país. En ese contexto, calificó la propuesta de «ocurrencia desconectada de la realidad del campo y de la ciencia», al pretender sumar una carga impositiva adicional sobre un sector que ya enfrenta una de las presiones fiscales más altas del mundo.
La entidad reclamó que los dirigentes políticos trabajen en políticas que acompañen y potencien la producción, y no en iniciativas que, a su juicio, «solo buscan frenar, castigar y asfixiar a quienes producen».
«CRA va a seguir defendiendo la producción, el trabajo y la gente que todos los días sostiene al país», concluyó la confederación, que insistió en la necesidad de promover marcos regulatorios sustentables y técnicamente sólidos, lejos de medidas que -según advierten- afectan la competitividad sin resolver los desafíos ambientales.

Desde la Cámara del Feedlot también rechazaron la iniciativa
Tras conocerse el proyecto de ley D-1688/25-26-0, la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), también emitió un comunicado con un mensaje que sintetiza la preocupación del sector. Allí sostienen que se trata de un proyecto que «solo tiene por finalidad establecer una nueva tasa para la actividad ganadera por el simple hecho de que el ganado respire«.
Para la CAF, no se trata de un tributo con finalidad ambiental, sino de un mecanismo recaudatorio disfrazado, que afecta directamente a la producción y al tejido socioeconómico rural. Y una de las principales preocupaciones del sector es la simplificación extrema de un proceso biológico y productivo complejo, tratado como si fuese un factor impositivo aislado.
A esta crítica se suma otro elemento central, que es la falta de sustento técnico del proyecto. La entidad advierte que es «de suma gravedad el desconocimiento real y la falta de sustento técnico de quienes impulsan este proyecto sin considerar conceptos como captura o balance y que solo afectará al empleo y agregado de valor» de quienes impulsan la iniciativa.
Deja un comentario











