Crisis tambera: los costos de producción subieron hasta un 60%
Es dramática la situación del eslabón primario de la cadena láctea, en el marco de un feroz aumento de costos y una materia prima que, si bien se va actualizando en su precio, no alcanza a cubrir el quebranto mensual.
El Ing. Miguel Taverna, referente nacional lechero del INTA, explicó que la producción de leche de Argentina caerá cerrará este 2023 con una caída del 2 al 2,5%. Pero lo más preocupante es la continuidad de la empresa tambera, hoy severamente comprometida con motivo del aumento de costos en la producción y la falta de financiamiento. “Muchos productores se han quedado sin reservas, fruto de la mala calidad y la baja cantidad de alimentos que se hicieron en el período anterior por efecto de la sequía”, señaló Taverna.
Dicha situación climática “se mantuvo negativa hasta hace muy pocos días atrás, cuando empezó a llover, pero el incremento de la producción de forrajes, de pasturas, venía bastante disminuida y resentida”.
El proceso de aumento en la variable alimentación de los tambos, se inició con lo que se llamó dólar soja en sus tres etapas
Según el referente del INTA, “el proceso de aumento en la variable alimentación de los tambos, se inició con lo que se llamó dólar soja en sus tres etapas, que modificó la relación histórica entre el precio de la soja y el precio de la leche, lo cual terminó de complicarse con la reciente devaluación que ahora impacta fuertemente en los costos de producción y particularmente en los costos de alimentación”.
En todas las cuencas, para hacerle frente a la sequía, “los productores tuvieron que recurrir lógicamente a alimentos más caros y muchos de estos, dolarizados, lo cual impactó fuertemente en la ecuación de los costos”, explicó el técnico.
Para hablar de un rango promedio de incremento en los costos, ya que hay muchos casos particulares y diversos en el ecosistema lechero, además de diferentes sistemas de producción (intensivo, pastoril, semipastoril, flexible) y un amplio grado de afectación por clima según cada zona del país, Taverna informó lo que ellos tienen relevado objetivamente a partir de sus estudios mensuales en la Experimental de Rafaela, Santa Fe.
Podemos decir que el rango va entre un 30 ó 35% hasta un 50 a 60% de incremento sólo para la alimentación
Los incrementos en los costos
“Hay diferencia en función de los distintos sistemas de producción, en el caso de los sistemas más intensificados que requieren mucho más de alimentos comprados, caros como los alimentos balanceados, tuvieron un impacto en el costo mucho mayor que aquellos sistemas más extensivos y pastoriles, pero podemos decir que el rango va entre un 30, 35% hasta un 50 y 60% de incremento sólo para la alimentación”.
En el INTA, “nosotros tenemos estadísticas históricas de varios sistemas donde se muestra que el costo de alimentación tiene una incidencia de alrededor del 40-45 por ciento del costo total del sistema en un tambo, pero hoy a causa de esta situación, la mayor parte de los sistemas de producción ya está rondando el 60%, es decir que hay un aumento de 20 a 25 puntos en la participación de la alimentación del rodeo sobre los costos totales”, describió Taverna.
Es una situación muy preocupante para la mayoría de los tamberos; hoy sin dudas el 100% de los productores tiene una rentabilidad negativa
Esto significa que “el margen que queda entre el 100% de los costos y este 60% que se lleva la alimentación, debe alcanzar para pagar el resto de los gastos del sistema, como alquileres (a valor soja dolarizada), los combustibles (que ha duplicado su valor) y la mano de obra, además del retiro del productor para vivir él y su familia, por eso decimos que la situación del tambo hoy es muy delicada”, aseveró Miguel Taverna.
Una luz al final del túnel
Que los tambos se salven de esta crisis, hasta que en marzo aparezcan las nuevas reservas y se estabilice el sistema, “dependerá de la velocidad de la recuperación del precio de la leche cruda que la industria le paga el productor”, analizó el ingeniero, quien ve también el vaso medio lleno. “Hay algunas cuestiones que son positivas, como la eximición a la lechería de los derechos de exportación, y por otro lado el nivel internacional del precio de los principales productos lácteos que vienen con una tendencia alcista, lo cual mejora la capacidad de pago automáticamente a las industrias lácteas”.
El margen que queda entre el 100% de los costos y este 60% que se lleva la alimentación, debe alcanzar para pagar el resto de los gastos del sistema
De todos modos, no será un contexto fácil el que se le viene a la lechería en los próximos meses. Con un mercado interno decaído, un consumo básico de lácteos de bajo valor agregado, con poco margen para las usinas lácteas y en un contexto de caída del poder adquisitivo de la población nacional.
“Yo diría que es una situación muy preocupante para la mayoría de los tamberos. Hoy sin dudas el 100% de los productores tiene una rentabilidad negativa; hay una expectativa en términos de que se pueda recuperar lo antes posible el precio de la materia prima, que permita cubrir y recuperar estas pérdidas, que en su mayoría corresponden a la producción primaria, tal como lo muestran los resultados de la cadena de valor que se publican en OCLA”, concluyó Taverna.
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