Aseguran que no va a caer la producción de leche y que estará por arriba de lo producido en el 2019
Durante los últimos días circuló un artículo en el portal “El Economista” y otros medios, cuyo título sostiene que la producción de leche será la más baja de los últimos diez años. La nota comienza enunciando la proyección de producción para este año, estimada en un 4,52% menor a la de 2019, a la vez que la sitúa como la más baja en los últimos 10 años, siendo un 33% menor (esta estimación) comparada con la producción de 2010 “como consecuencia de la crisis que arrastra el sector, de acuerdo con un estudio privado basado en datos oficiales.” Para mostrar esto, la nota presentó el siguiente gráfico:
La nota en cuestión es firmada por el Senador provincial de cuarta sección, Gustavo Traverso titulada «Derribando mitos: La producción lechera no caerá», que munido de datos de una consultora y publicaciones del Ministerio de Agricultura desmiente lo publicado.
Según Traverso, «la línea azul indica la evolución del PBI per cápita, mientras que la roja el consumo de leches totales. Al preguntarnos cómo está construida la estadística del PBI per cápita en este informe, resulta importante observar que la selección temporal de los autores. Cómo se elige que el inicio de la serie sea 2010, se pierden datos de la tendencia hasta entonces, lo que lleva a un análisis incorrecto.
El siguiente cuadro está tomado de los datos del Banco Mundial para el período 2001-2019. Allí, luego de la crisis del 2001, se observa una fuerte tendencia alcista que en 2007 llega a niveles similares previo a la salida de la convertibilidad. Esta tendencia se desacelera en 2012, a lo que le sigue una caída en 2014 (atribuible en parte a la devaluación) y una recuperación y superación el año siguiente.
Al observar estos datos uno no puede dejar de preguntarse qué hubiera sucedido a partir de 2016 si el resultado electoral del año anterior hubiese sido distinto. Cuando comparamos el desempeño de la región con Argentina vemos que presenta valores similares entre 2003-2007, producto de lo que se ha llamado “viento de cola” motorizado por el alza de las commodities. El punto de divergencia se da en 2008, a raíz de la crisis internacional causada por la timba de las sub-prime. Argentina logra un desempeño superior al de la región gracias a la batería de políticas anticíclicas impulsadas por el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Si tuviéramos en cuenta solo el dato del PBI per cápita, pareciera que hasta 2017 Argentina continuaba en el sendero del crecimiento. Sin embargo, el gobierno de Macri deja un saldo negativo también en este indicador, reduciendo la brecha conseguida en relación al promedio de la región.
El consumo de leches totales también está medido a partir de 2010, lo cual no permite observar la tendencia histórica. Al comparar este informe con los datos de la Dirección Nacional Láctea, observamos una clara incoherencia entre ambos. Mientras que tanto los datos del Banco Mundial como los de la consultora Claves, indican un aumento del PBI per cápita en 2015 con respecto a 2014, no sucede lo mismo para el consumo de leche.
Aquí vemos un aumento en el consumo de leche entre 2014 y 2015, lo cual es consistente con la demanda de leche, que suele variar de acuerdo a los ingresos. Esta es la segunda inconsistencia de un informe que considera PBI per cápita para 2019 superior a los USD$15,000, mientras que el Banco Mundial lo sitúa en USD$10,000.
En función de los datos presentados, el informe realiza una proyección donde la producción láctea vería reducida su producción en 593.000 litros desde 2010 a 2020.
Según los datos de la Dirección Nacional Láctea, el año 2019 cerró en 10.343 millones de litros, lo que representa una caída del 14% de la producción primaria en comparación con el año 2015 y una caída del 2% respecto al año inmediatamente anterior. Es un valor similar al que cerró la producción primaria en el año 2010 (10.308 millones de litros).
Al observar la variación interanual de la producción, podemos apreciar que en el transcurso del 2020 la producción no sólo no ha disminuido, sino que mes a mes ha mostrado una franca mejoría en relación al año anterior.
El corriente año acumula una producción de 4.987 millones de litros en el periodo enero –junio, valor mayor que los acumulados enero-junio 2016-2019 y similares al acumulado periodo 2011-2015.
Finalmente el Senador Gustavo Traversa asegura que «Todos estos datos nos llevan a pensar que la producción no solo no va a caer en los niveles propuestos por la consultora Claves, sino que incluso es posible se superen los niveles del año anterior, que ya estaban por encima a los niveles de 2010».
Deja un comentario