Apareció la bici de Juan y también una modalidad del “Cuento del Tío”
Juan Manuel es de esos pibes con un corazón enorme, que cree el mundo no se ha contaminado de corrupción, malos vicios y vivos. Tiene amigos y si les puede dar una mano, ahí está firme.
Juan, trabaja, tiene amistades y una vida diaria como cualquiera de nosotros. El jueves 19 en horas de la tarde, aproximadamente a las 17:30hs., sufrió en carne propia la “viveza” de alguien que evidentemente lo conoce, momento en que Juan circulaba con su nueva bicicleta “Kawasaki” color blanca (imagen) por calle Edison frente a Plaza España, cuando alguien lo detiene y le pide si le puede cortar el pasto( Juan hasta hace un par de meses brindaba ese servicio), a lo que le informa que ya no se dedica más a ello, no obstante el hombre insiste y le pide que lo acompañe a ver el lugar a un par de cuadras, caminan por calle Poratti y al llegar a la intersección de Corrientes, le dice “ha pero no tengo tanza, me prestas la bici voy a comprar”, según relatos de Juan, quien se quedó esperando en lugar por el supuesto cliente con la Bici y quien no volvió más.
El dolor de Juan Manuel fue grande, había sido engañado (cuento del tío), además debía afrontar que le podían recriminar en su casa. Rápidamente una hermana suya, publico el hecho en la red social de Facebook, acudiendo a que si alguien sabía algo podía dar un datos de localización de la Bici de Juan.
El día viernes por la mañana alguien se comunica, una mujer que había adquirido una bici con esa características el mismo jueves a la noche, pero fue antes de ver la publicación (dicho sea de paso, el “vivo” le vendió la bicicleta de Juan aduciendo que luego le traía los papeles de la misma); no obstante se contactó con el familiar de Juan Manuel y evidentemente era la bici de Juan, que le hizo volver el alma al cuerpo, además de una sonrisa como se lo muestra en la imagen que acompaña esta nota.
Sin embargo cuando se le consulto quien era la persona que le vendió la bicicleta, el supuesto individuo que convenció con un engaño a Juan Manuel, la mujer dijo no querer tener problemas, por miedo a que tome represalias.
Muchas veces el delincuente o la persona corrupta tienen la complicidad de una sociedad que no se quiere meter y le da campo de ventajas para hacer de sus fechorías. Atentos entonces a sorpresivos pedidos que nos terminan convenciendo.
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