Amenaza de tormenta para la industria frigorífica

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La Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA) expuso en un editorial los problemas que afectan a la industria de la carne.

Las exportaciones del primer bimestre totalizaron 115.000 toneladas contra las 163.000 de igual período del 2024, lo que representa una caída del -30%.

Según la entidad, seguirá siendo un año difícil para la industria. Y expone una serie de argumentos: los precios en dólares de la hacienda son los más altos del cono sur y al mismo tiempo en pesos superan a los promedios históricos.

Esto promueve el interés por la actividad ganadera y tal vez genere el arribo de inversiones, aunque todavía se ve cautela en los operadores. Todo ello es muy bueno que ocurra.

Sin embargo, la industria pasa por penurias porque tiene costos caros (resabios de impuestos especiales como derechos de exportación de 6,75 para la carne que no sea de vacas y todos los impuestos locales como IIBB, más tasas municipales). Todo ello le resta competitividad al sector.

También destaca que la baja en el volumen de exportaciones delata que no es rentable el negocio.

Por el lado de China, principal comprador en volumen, sus precios siguen bajos comparados con el año 2022 y muy bajos si los comparamos con los máximos de 2019. También es cierto que la oferta de vacas que hubo en el verano pasado, sequia mediante, también es menor.

Los novillos son la figurita difícil de conseguir.

«La oferta es escasa, especialmente de los aptos para cuotas, sus precios por kilo en gancho máximos en dólares, mientras tanto baja la competitividad de los exportadores por lo antes señalado», sintentizan.

El mercado interno

A la situación del sector exportador, el editorial de Daniel Urcía destaca que  las condiciones del mercado doméstico no son mucho mejores.
Los costos internos, ordenados o sincerados a través del plan económico, tienen otra gravitación. La inflación no disimula o encubre las ineficiencias y por otro lado el poder adquisitivo de la gente es un techo para el incremento de precios.

«Ante esta brecha entre el valor de compra del ganado y el de venta de la carne, solo queda reducir costos por eficiencia y a eso están abocados los empresarios haciendo reingeniería de procesos, y revisando todos los costos entre los cuales los laborales, energéticos y los de logística se llevan la mayor participación (además de los impuestos y tasas)», subrayan.

La entidad reflexionó sobre la barrera sanitaria que divide al país en dos. «Esta semana hubo una importante Resolución de SENASA que resolvía de manera coherente en función del criterio técnico que tiene el país respecto del tráfico de carnes entre la zona libre de aftosa con vacunación y con la zona libre de aftosa sin vacunación.

Si bien hubo una suspensión por 90 días en su puesta en marcha, es importante que se entienda que el cambio no pone en riesgo la condición del rodeo patagónico que representa el 3% del total del país y por otro lado el ingreso de cortes con hueso con empaque primario y secundario está demostrado científicamente que no implica riesgo algo», señaló.

Con relación a la faena vacuna, la de febrero muestra una caída de 2% con relación a la de enero si se ajusta el volumen en función de los días hábiles.

Por su parte la faena porcina muestra un crecimiento del 4%, motivo por el cual la oferta para el mercado doméstico es suficiente con fuerte competencia en precios para conquistar a los consumidores.

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