Para que se aprecie en todo su valor el papel que cumple en la conservación, creación y producción de alimentos, y como sostenedora de su familia -con la abrumadora responsabilidad de alimentar a hombres y niños hambrientos y a sí misma-, fue que las Naciones Unidas, en la Conferencia de Pekín de 1995, fijaron como fecha del Día Mundial de la Mujer Rural el 15 de octubre, uno antes del Día Mundial de la Alimentación.

Esta decisión se justifica plenamente desde el momento en que, según las estadísticas de género de los últimos años, la mayoría de las personas pobres del mundo son mujeres y, dentro de esta estadística, las mujeres rurales son las que llevan la peor parte. A medida que los hombres jóvenes y en buenas condiciones físicas parten hacia las ciudades a buscar trabajo, las mujeres quedan solas, encargadas de criar a los hijos y administrar sus pequeñas posesiones. Por ejemplo, en la actualidad, en algunas regiones de Africa, el 60% de las familias está a cargo de las mujeres. A pesar de esta situación de necesidad extrema, son siempre las últimas en acceder a los recursos, la capacitación y los préstamos financieros. Sin embargo, cuando alguien como el economista Muhammad Yunus les presta pequeñas sumas (microcréditos) para un emprendimiento son las mejores pagadoras.

En la Argentina hay ejemplos maravillosos de mujeres rurales que se han agrupado en los últimos años para defender sus derechos y su cultura. Por ejemplo, la Asociación Warmi Sayajsunqo – mujer perseverante , en quechua-, formada por un grupo de unas 70 comunidades (aproximadamente 3000 familias asociadas), que trabaja en la Puna y los valles interandinos de Jujuy y Salta, y tiene una idea muy clara de su función: crecer como organización para vivir del propio trabajo, acceder a salud y educación, y recrear y adaptar su cultura para poder insertarse en el país actual.

El mensaje de este día es, pues, comprender que invertir en la capacitación e información de la mujer rural significa no sólo beneficiarla a ella y a su familia, sino también contribuir al diseño de ese modelo diferente de sociedad rural, más moderno y solidario, que los nuevos tiempos están exigiendo a todas las naciones contemporáneas.

En Argentina con corazón solidario

Es la Red Nacional de Mujeres de la UATRE, que mediante un coordinado trabajo, realiza acciones promoviendo la dignificación de la familia rural, la alfabetización, jornadas de reflexión y difunde los beneficios de su obra social.

En un silencioso trabajo, este grupo de mujeres, habituadas al olor de la tierra y al florecer de las diversas producciones que Argentina obtiene. En mayo del 2001 coordinadas por Carolina Llanos, Secretaria de la Mujer en el gremio de UATRE, dieron a luz la Red Nacional de Mujeres de la UATRE.

No poseen un escritorio,  ni una PC, es que su  trabajo es en el campo, tranquera a tranquera, desarrollando lo que ellas creen vital y necesario, que la familia no tenga un exodo del campo, que los mismos puedan tener una digna alfabetizacion, pero que tambien sin vivir en las grandes ciudades puedan conocer de las tecnologías y del moderno mundo que  hoy busca seducir a los mismos para evadir del campo.