151 años de vida significan el paso de unas pocas generaciones para la historia de una comunidad.
Quienes tuvieron el coraje y la visión, ese 27 de octubre de 1863, para motorizar la expansión agro industrial que hoy puede exhibir 9 de Julio, merecen el eterno reconocimiento. Hombres y mujeres que han quedado en nuestra historia.
Hoy los argentinos vivimos una época a la que no le faltan dificultades. La crisis afecta más, como siempre, a los que menos tienen. Para enfrentarla es necesario el compromiso conjunto y solidario de todos.

La falta de diálogo, la negación a los consensos fundamentales para la convivencia democrática agravan una situación ya de por sí complicada.
Nosotros no podemos mirar hacia el costado en esta hora que nos toca vivir. En consecuencia nuestra responsabilidad no será sólo la del esfuerzo para salir de la crisis y lograr el crecimiento económico de nuestra comunidad.
Tenemos que seguir trabajando en la recuperación de los valores que nos fueron arrancados por el individualismo de los que piensan que sólo vale su propia opinión.
Todos deberemos asumir, desde el lugar de responsabilidad que nos ha tocado, la defensa de las instituciones y el respeto a nuestros derechos.

Deberemos jerarquizar los procesos por sobre la urgencia de los resultados. La historia nos demuestra que muchas veces, por apostar a lo que conviene en el presente, hemos dejado de lado la construcción del futuro, buscando las salidas mágicas de los que piensan casi exclusivamente en sus intereses personales.
No podemos pensar solamente en políticas para el rol de ser gobierno u oposición. Debemos tener la amplitud que sea necesaria para privilegiar las necesidades del conjunto de nuestra sociedad.
Creemos que la República se conforma a través de los ciudadanos, más que de los dirigentes, y por eso el rol activo de cada uno de nosotros es imprescindible. Entonces, también se hace necesario que las prácticas democráticas se desarrollen en plenitud.
Estamos viviendo un cambio que tiene que ver con la recuperación de determinados valores que habían sufrido un retroceso, como la solidaridad, el esfuerzo colectivo en pos del bien común, y la dignidad que significan la educación, la salud y el trabajo.
Nos hemos puesto en marcha. Algunas herramientas hemos diseñado y otras tantas tendremos que crear para hacer posibles viejas y nuevas aspiraciones.
No es tarea de un grupo sino de todos, es indispensable aceptar las diferencias y los matices. Facilitar la construcción colectiva, construir una sociedad donde las posibilidades de desarrollo personal no se logren atropellando las necesidades del otro.

Como Intendente de 9 de Julio convoco a todos a reflexionar acerca de qué comunidad, qué provincia y qué país queremos para vivir. Y que trabajemos para lograrlo.

En estas circunstancias no podemos mirar al costado. No podemos reaccionar sólo cuando nos sentimos perjudicados. Tenemos que construir juntos teniendo en cuenta que unos pocos pueden destruir ese esfuerzo. Consolidar lo que hemos logrado con la mirada en el futuro.

Generar una sociedad lo más integrada posible. Generar los mayores consensos para un trabajo común que nos permita llegar a las soluciones de corto, mediano y largo plazo de los problemas que todavía tenemos.

De la participación y el compromiso de todos depende nuestro futuro y el de nuestros hijos.

9 de Julio va a seguir creciendo porque todavía hay muchos sueños que cumplir. Y los cumpliremos. Todos juntos. Con lo nuestro. Con el compromiso de siempre.

Muchas gracias y Feliz día nuevejulienses!!!