El 10 de diciembre de 2011, también fue sábado; el clima de esa mañana era agradable y el país se sumía en lo que en horas del mediodía seria la asunción del segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, electa por voto popular.
Pero en 9 de Julio el agradable clima y la asunción de Cristina quedo en un segundo plano, habían matado a Sandra Villalba (40 años), asesinada a golpes en su casa de la calle Azcuénaga al 800, y en la ciudad no se hablaba otra cosa que no fuera ello.

La muerte de Sandra, se convertía en otra mujer más víctima de un hecho de violencia, su muerte se produjo a raíz de golpes recibidos con un objeto contundente.
Por el hecho rápidamente la Justicia de Mercedes ordenó que un hombre de 45 años de su círculo familiar fuese detenido y trasladado a Mercedes; ante el Fiscal de la Causa, quien se negó a declarar y la autoridad Judicial lo dejo detenido la Sub Comisaría de Dudignac.

Sandra Villalba era madre de dos hijos y empleada municipal, “Masacraron a mi hija”, dijo Omar Villalba, padre de Sandra, quien no encontraba consuelo sobre lo sucedido.
A partir de allí se sucedieron una decenas de movilizaciones de vecinos, encabezadas, las mismas por familiares, amigos y compañeros de trabajo de Sandra Villalba, todos claros sensibilizados por la situación, habían terminado con la vida de una mujer, pero por sobre todas las cosas, era un ser humano.
Poco a poco ese estremecer y esa sensibilidad de la comunidad de 9 de Julio, se fue apagando, a partir de la cuarta o quinta movilización, la caravana “pidiendo justicia por Sandra”, era integrada por no más de 30 /40 vecinos y familiares. Los pedidos por Justicia y que la misma actué rápido fueron de manera constante.

A ello se sumó que Gammella fue beneficiado con arresto domiciliario, por la Cámara Penal de Mercedes con la citada alternativa de la prisión preventiva.
Pasaron 40 meses para que el Tribunal Oral en lo Criminal III de Mercedes, luego de las investigaciones, procediera el 7 de abril de 2015 a un Juicio Oral contra el convecino Marcelo Vicente Gammella, acusado por el homicidio de Sandra Villalba.
Diez días después, tardo el Tribunal, tras testimonios en encontrar al acusado culpable, y le aplicó la máxima pena en el Sistema Judicial argentino.

No obstante, hasta que la sentencia quede firme, Gammella siguió gozando de prisión domiciliaria con una pulsera electrónica que controla el Servicio Penitenciario, beneficio que la defensa de Villalba apelo para que se le quite.
A casi dos años de la sentencia contra Gammella, la sentencia no está firme y el acusado gozara aun de arresto domiciliario.