El juez indicó que el respeto por las plantas criollas y originarias es tomado por la Argentina, como por otros países, y ordenado por ley en el artículo 41 de la Constitución Nacional.

«La ley de semillas (actual) tiene como centro todo lo que sea la actividad comercial, pero nunca se ocupó mucho de las plantas criollas y originarias», recordó Casella.

«Esto está incorporado a la Constitución argentina a través del artículo 41, que ordena a la autoridad el resguardo de la diversidad y el país es parte de los convenios de Diversidad Biológica, que incorporan la defensa de los conocimientos tradicionales», afirmó el magistrado, que además colaboró en la redacción del proyecto de ley presentado por Federación Agraria Argentina.

«Esto significa -continuó Casella- que hay que impedir el aprovechamiento casi piratesco de los conocimientos de todas las comunidades históricas sobre los recursos fitogenéticos».

Además añadió que «el campesinado es la reserva de todos esos conocimientos y en el mundo se ha dado lugar a la defensa de los conocimientos tradicionales, en este caso vinculados a la genética de plantas».

Télam