Problema sin resolver

A siete meses del nuevo gobierno, los tamberos bonaerenses y pampeanos van a una protesta

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Esta semana tras la reunión del Consejo Directivo de Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), correspondiente a junio, los tamberos enrolados en la confederación decidieron, retomar las protestas por la crítica situación que sigue azotando al sector, indicó la entidad confederada en una comunicación.

Pese a haberse registrado una recomposición del precio de la leche a tranquera de tambo entre abril y mayo, del orden del 14% ($ 3,30 abril y 3,77 mayo datos oficiales MINAGRI bonaerense), la continuidad del quebranto por litro de leche producida agudiza y agrava el estado de desastre económico y financiero de las producciones tamberas.
En valores nominales, la variación del precio de mayo de este año versus mismo mes del 2015 es de 13%, mientras la variación en la suba de costos sólo en lo que va de este año se multiplica varias veces en todos los rubros, siendo la alimentación el que más ha influido en las últimas semanas.

La magnitud de las pérdidas es tal que las denominadas empresas «monotambo» que aún siguen trabajando, tienen los días contados ya que el tiempo se les termina. El creciente endeudamiento (comercial y bancario), la progresiva descapitalización por achicamiento de rodeos, alquileres impagables e imposibilidad de financiar la confección de reservas son algunas de las razones que cercenan toda esperanza de continuar con la actividad.
En este contexto, desde CARBAP entendemos que las autoridades nacionales centran su gestión en una interesante agenda de temas estructurales que la entidad comparte y apoya, pero la gravedad de la crisis amerita de urgentes políticas y/o decisiones que permitan atravesar una de las crisis más graves de la historia de la lechería Argentina.

La «coyuntura» sectorial, que ya alcanza los seis meses de crisis, agravada por efectosclimáticosen muchos casos, no es tratada en su magnitud, persistiendo aun la existencia de alevosas situaciones de cartelización de industrias, que se ponen de acuerdo para pagar precios irrisorios, como en estos días sucede de manera muy evidente en las cuencas del Abasto.
Mientras la burocracia estudia lo que los productores padecen, con «estudios de competitividad de la cadena» cuya primera etapa podría concluirse dentro de otros dos largos meses, muchos establecimientos de varias generaciones de productores piensan en poner punto final a la actividad

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