En medio de esta grave crisis, de la que nos costará salir, se acaba de tomar una decisión en la dirección correcta: el Estado va a comprar el sobrestock de leche en polvo, para desahogar la presión del mismo sobre el mercado. Esto se suma a los $620 millones obtenidos por el sector en concepto de compensaciones, y los aproximadamente $1.000 millones para líneas especiales de crédito.
Esperamos que comience a mostrar sus efectos en los próximos días en las políticas comerciales de las industrias. De una manera muy clara, se está reconociendo la emergencia lechera que vivimos, y la necesidad perentoria de que los tamberos pasemos a contar con precios significativamente más altos por la leche. Porque la situación, así, no se puede sostener ya más.
Distintas voces han venido coincidiendo para poner de manifiesto la magnitud de la crisis. Todo ha sumado. Se viene trabajando muy duro en todos los niveles, y habrá que seguir haciéndolo. Y en ese camino, es importante que demos valor a los logros parciales que se van obteniendo, y no perdamos de vista todo lo que queda por alcanzar y mejorar, ya que no tenemos márgen para bajar los brazos.