Pese a las denuncias de Cristina, los amparos judiciales solo explican el 2,3% del total de las importaciones
En el «festival de importaciones» que según la vicepresidenta Cristina Kirchner vive la economía argentina, los amparos judiciales para liberar el ingreso de mercadería tienen un impacto muy bajo
Ayer, en el acto de la CTA en Avellaneda Cristina denunció un festival de importaciones y aprovechó para embestir nuevamente contra el poder judicial al calor de los amparos que jueces y fiscales otorgan a importadores.
Segun precisó la vicepresidenta, «entre enero del 2021 y marzo del 2022, US$ 1847 millones salieron del país por importaciones autorizados por jueces y fiscales». Y detalló que hay más de 6.500 expedientes de amparos. «Dónde hay necesidad de dólares, ahí habrá jueces y fiscales autorizando esos dólares», ironizó.
Lo concretó es que esos US$ 1847 millones, a lo largo de 15 esos meses a los que se refirió Cristina, representan el 2,3% del total de las importaciones, que sumaron US$ 77.661 millones. Son US$ 123 millones mensuales, por debajo de los US$ 150 millones diarios que el país destina a las importaciones de energía.
Los amparos vienen creciendo al calor de la brecha cambiaria. El año pasado rondaban las 500 presentaciones mensuales y hoy ya hay cerca de 1000 empresas litigando, sobre un universo, que según las cuentas de la vicepresidenta, alcanza a casi 25.000 importadores. Son solo el 4% del total.
Los importadores recurren a los amparos cuando, pese a haber obtenido el OK de la AFIP a través del Sistema integral de monitoreo de importaciones (SIMI), el Banco Central no les vende los dólares que necesitan para concretar la operación. Estos amparos suelen llevar tres o cuatro meses, abarcan principalmente a bienes de consumo y suponen un costo extra para el importador, que debe pagar cerca de un 20% adicional en trámites y abogados.
«Son pocos los que se presentan, pero los que lo hacen están teniendo éxito», señaló Marcelo Elizondo, especialista en Comercio Exterior.
«Los jueces entienden que el Gobierno no tiene autoridad para restringir una actividad de importación que no está prohibida por la ley. La Constitución consagra el derecho de comerciar y los amparos son reconocimientos del derecho de cumplimento de contrato», apuntó Elizondo.
Las importaciones vienen creciendo a un ritmo del 31% anual en el primer cuatrimestre. Uno de los datos que Cristina no menciona en sus discursos es que el segmento que más trepa es la importación de energía, rubro que saltó 195% de un año a otro y se llevó hasta abril US$ 3.040 millones.
Las proyecciones económicas marcan que este año va a cerrar con récord de exportaciones y de importaciones: US$ 90.000 millones contra US$ 77.000 millones.
Elizabet Bacigalupo, analista de la consultora Abeceb, revela que detrás del llamado festival de importaciones «hay un efecto precio fenomenal. Por efecto de la pospandemia y de la guerra en Ucrania, los precios de los importados están subiendo en dólares al 16 ó 17%».
Pero según los datos del último trimestre de 2021, en cantidades las importaciones están 7% abajo respecto de 2012 y 21% abajo de 2017.
«Si hubiera festival de importaciones estaría causado por las malas políticas públicas. Una brecha cambiaria del 100% incentiva a que los importadores traten de hacerse de la mayor cantidad de dólares oficiales que puedan».
«La perspectiva es que haya un mayor endurecimiento de las restricciones a la importación. Esto va a impactar en el nivel de actividad de cara al segundo semestre, que además va recibir el impacto retrasado el del fogonazo inflacionario en el poder adquisitivo y el consumo», señaló Bacigalupo.
fuente e imagen: Clarin
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