En su caso particular su modelo se basa en la venta de terneros de recría (hasta 290 Kg), luego de 7 meses post destete y lo lleva a “terminación” a corral para su posterior venta. La limitación que encuentra con aquellos que faenan y distribuyen las medias reses (enteras), es que pueden encontrase con cortes “más duros”.

Comúnmente la edad del animal que se faena oscila entre 16 a 18 meses y, en estos casos, es una carne más tierna que no cuenta con excesos de grasa.

Destaca que actualmente “hay una mejora significativa en la productividad de carne y es un crimen que la Argentina no lo haya adoptado”.

En cuanto al negocio actual considera que existe una enorme expectativa que estaría denominado el mercado y por lo tanto la oferta del “gordo” (en los próximos dos meses) va a ser más escasa y el precio se podría ir “afirmando”.

Augura un fin de año con subas importantes de precios en todas las categorías, “gane quien gane”. Lo importante es que quien ocupe próximamente el cargo, tenga la capacidad de “devolverle” al sector toda la competitividad restringida hasta entonces.

Pese a esta variable que favorecería en gran medida a la actividad, el bolsillo de los consumidores se verá más que ajustado al momento de elegir el menú de fin de año en las mesas argentinas, ya que se esperan importantes subas en los precios (por lo menos) de la carne.

Sector Agropecuario