Seminario Acsoja 2025: Con la Siembra Directa ya no alcanza para mejorar el rendimiento del cultivo de soja

Los integrantes del Panel Agronómico abrieron la 10° edición del Seminario ACSOJA, que se realizó en la Bolsa de Comercio de Rosario, bajo el lema “Cuando la soja tiene la palabra”. Llamaron a ocuparse urgente de los aspectos de manejo que contribuyen con mejoras en el rendimiento y la calidad de la oleaginosa, reduciendo también el impacto ambiental. 

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La Asociación de la Cadena de la Soja Argentina llevó a cabo su Seminario anual, con el objetivo de abrir un espacio de intercambio de información de valor para enfrentar los desafíos del cultivo. Con este propósito, tuvo lugar el Panel Agronómico: “De una agricultura defensiva a una agricultura ofensiva”, que fue moderado por Guillermo Alonso -Spraytec y contó con la participación de Daniel Miralles– FAUBA, Nahuel Reussi Calvo– UnMP y Gabriel Espósito– UnRC. 

Para romper el hielo, Guillermo Alonso fue directo: “Hemos perdido el foco en rendimiento”, señaló. Y precisó que hay dos ejes que atraviesan esta situación. Por un lado, “tenemos los suelos agotados, con una caída física y química en todo el país”, sostuvo. Por otro, “los rendimientos están estancados” por varios factores, uno de ellos es que “Argentina no ha evolucionado nada en tratamiento de semillas, hacemos lo mismo que hace 20 años”, indicó el consultor.

Otra de las problemáticas que condicionan la evolución del cultivo de soja es que “estamos entrando muy poco al lote”, indicó. Y reveló que “los sistemas radiculares argentinos están completamente subdesarrollados y es el desafío para los próximos años, junto con el trabajo de anticipar los estreses bióticos”. 

Como ejemplo, mencionó el caso de Brasil, que pasó de 28 a 34,5 quintales en los últimos 8/10 años. “Esta campaña seguramente superen los 180 millones de toneladas”, anticipó Alonso, destacando el potencial brasileño que, no sólo crece sostenidamente en superficie sino también en rendimiento. En esta evolución jugó un papel central la estrategia de fertilización. “Separaron todo lo químico de lo biológico con resultados espectaculares”, afirmó. 

Otro aspecto que incide negativamente en los resultados de la soja argentina, es el sistema de producción bajo alquileres anualizados, lo que, en opinión de Alonso, “atrasa cualquier avance porque no se puede proyectar a largo plazo, ni ver la secuencia completa del cultivo”. En este sentido, mencionó que “en Argentina el alquiler representa el 65% de los suelos agrícolas y de ese porcentaje el 75% son anualizados”, señaló el referente de Spraytec.  

Por su parte, Daniel Miralles, puso el foco en las estrategias para pasar de una agricultura defensiva a una ofensiva. Para ello, sugirió considerar que el período crítico para la soja es postfloración, entre R3 y R6, para poder pensar en un esquema de nutrición que alcance para la formación de granos, pero que sea suficiente para que la planta pueda llenar esos granos. 

A partir de esta recomendación, Miralles planteó evaluar como estrategia considerar periodos críticos más largos, que permitan ajustar las variables más sensibles en función de la respuesta dentro del ciclo. “El manejo y la genética deben evolucionar conjuntamente para mejorar rendimientos”, expresó Miralles, agregando que la principal limitante del rendimiento potencial es el agua. En este aspecto resulta esencial “entender la dinámica de absorción del cultivo porque es clave para potenciar las tasas de fijación”, indicó. 

Al cierre de su presentación alentó a empresas y productores a avanzar en el mismo camino. “Tenemos mucho para trabajar entre el rendimiento actual y el alcanzable, jugando con variables como la fecha de siembra, grupos más cortos, etc.”. Según mostró Miralles, en todos los ensayos, incluso en los ambientes de alto potencial, “hay un margen para mejorar con decisiones de manejo”, aseguró.

A su turno, Nahuel Reussi Calvo, retomó el aspecto de la sustentabilidad del cultivo de soja, coincidiendo en que existe una brecha para achicar y mejorar el rendimiento a partir de mejores decisiones nutricionales. Pero advirtió que “tenemos balance negativo en promedio de 11 kg/ha. de fósforo (P), limitación que representa un 75%”. 

En su experiencia “si cerramos la brecha sólo enfocándonos en nutrición podemos obtener 153 USD/ha.”, señaló. Sin embargo, los estudios muestran que sólo 1/10 productores sabe qué tiene el lote antes de sembrar. “Es más lo que se pierde a cosecha que lo que significa invertir en un muestreo y análisis de suelo”.

Al respecto, el referente de la UnMP, reveló que “no sólo hemos perdido fertilidad química sino física y biológica, por lo que debemos apostar a un enfoque sistémico y secuencial de los cultivos”. Su visión es la de ayudar al suelo a “construir mejores ambientes, porque tiene vida y también tiene memoria”, concluyó Reussi Calvo.

Por último, fue el turno de Gabriel Expósito, quien se centró en el aspecto de la estructura del suelo para potenciar la fertilización. En este sentido, las rotaciones son claves, porque cultivos antecesores y de servicio posibilitan mayor infiltración del agua. Y en consecuencia también el desempeño de la fertilización fosforada. 

La fertilización balanceada (P, Azufre, Boro, Zinc) es la que más impacta en el aprovechamiento de agua y es la que nos permitiría achicar la brecha de rendimiento. 

La mejor estrategia para mejorar el rendimiento de soja está muy relacionada con la reducción de las deficiencias nutricionales.

 

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