Informe caprolecoba

Panorama lechero de octubre 2016

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Muy buenas lluvias cayeron sobre gran parte de la Cuenca Oeste a principios de Octubre. Y se esperan algunas más para mediados de mes.
De esta manera, en el marco de un período Neutro, después del Niño, se ha restablecido en plena primavera la humedad en las capas superiores del perfil, que en conjunto con las reservas que ya había más abajo, configuran un medio muy propicio para el desarrollo de los cultivos de invierno y verano, y las pasturas.
Los mapas referidos al balance de agua en el suelo son elocuentes al mostrar las buenas condiciones señaladas, en nuestra región, buena parte de La Pampa, y zona núcleo maicera-sojera.
Para el trimestre Octubre-Noviembre-Diciembre, el SMN nos señala para la región pampeana la probabilidad de lluvias normales o inferiores a las normales y temperaturas normales o superiores a
las normales para la época.

El volúmen de producción remitido a fábricas durante Septiembre, en nuestra Cuenca Oeste, se habría ubicado alrededor de 3,5% por debajo del mismo mes del año anterior, a tambo constante. Lo que nos indicaría que la curva de producción se ha venido acercando a la previa, en la comparación interanual. Esto hace que los técnicos de la empresa con mayor presencia regional, estén ya ajustando la estimación de cómo iría a cerrar el año 2016 completo, con un pronóstico que ronda una caída de 5% respecto de 2015.
Claro que estos números no se pueden extrapolar al nivel nacional, donde pesa el desastre climático sufrido por la región núcleo lechera en el pasado otoño.
La Cuenca Oeste, salvo en zonas y momentos puntuales, ha sido bien tratada por el clima y actualmente dispone de pasto en exceso, que exige al máximo la atención para su mejor aprovechamiento. Como suele decirse, en referencia al manejo del pasto: «es más difícil administrar la abundancia que la escasez».
La siembra de los maíces tempranos está ya muy avanzada o a punto de culminar. Y se nota un incremento importante de la superficie agrícola destinada a este cultivo.
Por estos días, nos acercamos al pico anual de producción de leche, que como estuvo previsto es bien moderado.
Octubre: Con la mente en el verano, la demanda industrial se proyecta sostenida Por múltiples razones que venimos analizando y compartiendo mes a mes, la lechería argentina ha llegado al último trimestre del año con muy bajos stocks. Y si bien esto coincide con un cierto debilitamiento del consumo interno, también lo hace con tres circunstancias, que auguran un mercado sostenido:
a) Se ha ido reactivando el comercio externo, de la mano de Brasil.
b) Hay que prepararse para el primer semestre de 2017, cuando la oferta no alcance a la demanda.
c) No pocas industrias tienen que bajar costos y mejorar su eficiencia operativa, en términos de capacidad ociosa y dotación de personal, en relación a los volúmenes de leche procesados.

EL MARCO POLÍTICO INSTITUCIONAL
¿Son leyes regulatorias lo que necesita nuestra lechería?
Un cúmulo de factores internacionales y nacionales hicieron confluír una crisis de precios con una estructural y funcional de nuestra lechería. Ahora, de a poco, parece que vamos caminando hacia la salida de la crisis de precios, pero quedando crecientemente enfrentados a nuestras limitantes de fondo, estructurales.

Es decir, estamos otra vez frente a la oportunidad de hacer algo distinto a lo hecho en el pasado, dejar las aspirinas e ir al corazón del problema. Y comenzar a trabajar juntos los actores de la cadena lechera, con tiempo. Para darle vida y forma a un proyecto estratégico común, cuyas bases ya quedaron elaboradas en el PEL. Un proyecto que necesitará de una «Ley Marco» que genere los institutos y las reglas de juego que emerjan del consenso y el aporte idóneo de los protagonistas del sector. Sin imposiciones. Basada en los acuerdos y el compromiso con la propia actividad y el conjunto de la sociedad.

Eso es lo que necesitamos, y esos son los caminos que tenemos que recorrer. No hacen falta leyes de apuro que desconocerán aquellos sobre los que se aplicarían. Agradecemos la preocupación. Pero no necesitamos leyes regulatorias, que por dar respuesta a una coyuntura, puedan comprometer nuestro futuro lechero.

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