Con su salida forzada este 19 de febrero, Ginés González García (75) posiblemente pondrá fin de la peor manera a una carrera de más de 50 años como sanitarista y político, que tuvo su mayor reconocimiento en diciembre de 2019, cuando asumió al frente del restituido Ministerio de Salud, que había sido transformado en secretaría durante la gestión de Mauricio Macri.

El ahora exministro inició su carrera en la salud pública en 1970, desempeñándose en los sistemas de varias provincias. A la llegada de la dictadura cívico militar el 24 de marzo de 1976, González García se desempeñaba como director general del Sistema Nacional de Salud de San Luis.

Pero su salto a la gestión pública de mayor nivel llegó de la mano de Antonio Cafiero, quien lo nombró Ministro de Salud bonaerense a partir del 10 de diciembre de 1987.

Tras completar su mandato, GGG siguió desempeñándose en el ámbito del sanitarismo, pero por fuera de la función pública. El 2 de enero de 2002, en medio de una de las peores crisis institucionales del país, Eduardo Duhalde (designado Presidente por el Congreso), lo nombró ministro de Salud de la Nación, cargo que ocupó hasta el final de la presidencia de Néstor Kirchner, a fines de 2007.

Durante la gestión de Néstor Kirchner, González García protagonizó una polémica resonante cuando el obispo castrense Antonio Baseotto cuestionó su posición a favor del aborto y sostuvo, apelando a una cita bíblica, que “quienes escandalizan a los niños” merecen “ser arrojados al mar con una piedra de molino atada a su cuello”.

El obispo fue removido de su cargo por Kirchner, y González García pudo ver -casi 20 años después- cumplido su sueño de obtener una legislación a favor de la interrupción legal del embarazo.

La ley de IVE será, con el tiempo, la mayor “cucarda” que podrá colgarse el ahora exministro en el pecho, aunque su resonante caída termina empañando ese logro.

Tras pasar toda la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner como embajador de Chile y volver al llano durante el macrismo, González García se convirtió, el 10 de diciembre de 2019, en la cara de la “vuelta al Ministerio”, una apuesta del Gobierno para mostrar lo que denunciaba como una “falta de gestión” en la materia.

Pero las imágenes del ministro emocionado, recibido por los trabajadores de la dependencia, se diluyó conforme fue avanzando la pandemia del coronavirus: de la confianza a que el virus no iba a llegar al país, expresada en enero, al escándalo de las vacunas, pasaron un puñado de hechos que hicieron dudar de su continuidad incluso al propio Presidente Alberto Fernández. (DIB)