El trigo necesita incentivos
A pocos días del inicio de la siembra de trigo, CONINAGRO considera positivo que se piense en medidas que promuevan la producción.
Las medidas recientemente anunciadas difícilmente aporten en ese sentido, consecuentemente una nueva campaña quedará circunscripta a las áreas tradicionalmente trigueras donde el productor no tenga más opción para seguir permaneciendo en el campo.
CONINAGRO quiere aclarar a la Opinión Pública que el productor necesita incentivos adecuados para incrementar la superficie destinada a siembra, como para incorporar tecnología y así recuperar volúmenes históricos de producción, que no solo garantizarían la mesa de los argentinos en cantidad y precios accesibles, sino que nos permitirán recuperar mercados tradicionales como Brasil, con grandes ventajas competitivas que le darían importante aumento a las alicaídas arcas del gobierno, por un mayor ingreso de recursos, fundamentalmente, dólares para equilibrar la balanza de pagos.-
Asimismo se requiere generar expectativas favorables, con un marco de previsibilidad, donde alcanzar una rentabilidad adecuada, por cuanto la eliminación de retenciones reclamada por el sector sería un incentivo que mejoraría el valor que recibe el agricultor. Además, el precio se debe formar en la puja competitiva de todos los operadores comerciales (internos y exportación), en un mercado transparente, sin ningún tipo de intervencionismo distorsivo, limitaciones o cupos. El creciente incremento de los costos (insumos, combustibles, impuestos, etc.) ha tornado inviable la actividad en aquellas regiones que no logren superar un rendimiento de 3.500 kilogramos por hectárea.-
El consumidor debe saber que los derechos de exportación (retenciones) tienen incidencia casi nula en el precio del pan, ya que el trigo impacta solo 10% en la conformación de dicho precio final.
Culpar al trigo por el aumento del pan es un error ya que el aumento del mismo está dado por diversos factores que son parte de la cadena comercial, donde los dos grandes perdedores son los consumidores (pagando en la góndola un precio muy alto) y los productores de trigo (recibiendo un valor por debajo de los costos).-
En definitiva, reiteramos que el campo necesita reglas de juego claras, coherentes y de largo plazo, que no dependan del gobierno de turno y menos de la arbitrariedad de un funcionario, que se consoliden definitivamente en un espacio de diálogo y consensos enmarcadas en políticas públicas que contribuyan a aumentar la producción, por el bien del sector y de los hombres de campo que viven en torno a una actividad que supo hacer historia y engrandecer La Patria y derramar bienestar a millones de argentinos.-
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