En medio de la polémica instalada por la resolución provincial emitida por el Ministerio de Agroindustria sobre el tema de las fumigaciones.

Ell presidente de la Cámara de Aeroaplicadores de Buenos Aires, Alfonso Rodríguez,  dialogo con el programa radial El Megafono de Bragado, donde defendió la medida ya que considera que fue pensada para fomentar “las buenas prácticas agrícolas”.

Según Rodríguez, “hay mucha gente que se está agarrando de esta resolución para embarrar la cancha, no sé si es por interés o por falta de información”. Dijo que “la resolución en ningún momento habla de distancias y establece que en los municipios que tienen una ordenanza sobre el uso de fitosanitarios, se debe adecuar a esa norma”. “Trae aparejada la buena intención de empezar a aplicar buenas prácticas agrícolas”, manifestó.

Consultado sobre el caso particular de las fumigaciones en cercanías a las escuelas rurales, explicó que para la ejecución de dicha tarea deben efectuarse una serie de pasos: “hay que contactar a la directora o a la persona encargada de esa institución. Después se realiza una orden de trabajo, un acta de trabajo y una receta agronómica. En el acta de trabajo hay que decir qué es lo que se va a aplicar, en qué tipo de cultivo y cómo es el tratamiento, y además se especifica qué día se va a realizar, con conformidad de la responsable de la escuela”. Por otra parte, sostuvo que “generalmente se hace los días donde no hay clases y se suele esperar las condiciones meteorológicas aptas para poder realizar la aplicación, es decir que el viento esté en dirección contraria a la escuela”.

El Presidente de la Cámara se Aeroaplicadores habló de las buenas intenciones que habría de no perjudicar a nadie y aclaró que “si hay un piloto o una empresa que hace las cosas mal tendrá que caberle lo que está contemplado para una circunstancia como esa”.

En lo que respecta a las fumigaciones en áreas próximas a las poblaciones rurales, dijo que lo correcto es que anteriormente se de aviso al municipio para que envíe un ingeniero agrónomo que fiscalice la correcta realización de la aplicación.