Coronavirus: Buscan replicar la histórica experiencia que se aplicó en el tratamiento del «mal del rastrojo»
El Ministerio de Salud de la Nación creó Plan Estratégico para regular el uso de plasma de pacientes recuperados de Covid-19 con fines terapéuticos.
En esta iniciativa está involucrado el Instituto Maiztegui, que detenta una histórica experiencia en el tratamiento de la Fiebre Hemorrágica Argentina con plasma. Esta enfermedad viral producida por el virus Junín (que se conoce vulgarmente como «mal del rastrojo») incluye entre los tratamientos la aplicación de plasma inmune específico de pacientes convalecientes en el término de 8 días después del comienzo de la enfermedad.
«(Este tratamiento) es extremadamente efectivo y reduce la mortalidad al 1 % si se comienza tempranamente», destaca la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la aplicación que se realizó contra el «mal del rastrojo». Antes de la aplicación la mortalidad del tratamiento con plasma la tasa de mortalidad era del 30 %.
En este sentido, el Gobierno busca avanzar en un Plan Estratégico para que las autoridades sanitarias jurisdiccionales definan cuáles serán los centros regionales de hemoterapia y/o bancos de sangre intrahospitalarios responsables de realizar la captación y recolección de plasma de los pacientes recuperados de COVID-19 a fin de ejercer un control y seguimiento adecuado del procedimiento.
En Argentina actualmente hay 1.963 infectados activos y 666 recuperados. En total, son 129 los fallecidos. En la provincia de Buenos Aires hay 794 infectados y apenas 120. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires son 677 los infectados pero con una mayor cantidad de recuperados: 301.
La Dirección de Medicina Transfucional elaboró un ensayo clínico nacional orientado a evaluar la seguridad y eficacia del tratamiento de enfermos de COVID-19 con plasma de convalecientes junto a entidades de reconocida trayectoria en este campo de la salud pública.
Además, el Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba, que cuenta con una amplia experiencia y reconocimiento internacional, prevé desarrollar un medicamento a partir del plasma de pacientes recuperados de COVID-19.
El Instituto “Dr. Carlos G. Malbrán”, a través del Instituto Maiztegui, propuso desarrollar la determinación de anticuerpos neutralizantes contra el COVID-19.
El plan cuenta con la colaboración del Hospital de Pediatría S.A.M.IC. “Prof. Dr. Juan P. Garrahan”; el Instituto de Microbiología y Parasitología Médica de la Universidad de Buenos Aires (U.B.A.); la Asociación Argentina de Hemoterapia, Inmunohematología y Terapia Celular, de la Sociedad Argentina de Infectología; y la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva.
El Plan Estratégico contiene tres ejes de investigación:
1.- Proyecto de desarrollo de una Inmunoglobulina Hiperinmune a partir del plasma de convalecientes. Coordina la Universidad Nacional de Córdoba. Laboratorio de Hemoderivados.
2.- Proyecto de desarrollo de un sistema in vitro para la determinación de anticuerpos neutralizantes anti-SARS Cov-2 en convalecientes de COVID-19. Coordina ANLIS (INEI –Malbrán, INEVH-Maiztegui)
3.- Proyecto de desarrollo de un Ensayo Clínico Nacional para evaluar la seguridad y eficacia del uso de plasma de convalecientes en enfermos de COVID-19. Coordina la Dirección de Sangre y Hemoderivados.
Sobre el tratamiento
Chequeado explica que el tratamiento consiste en darle a pacientes de coronavirus, el plasma (la porción líquida de la sangre que se obtiene luego de extraer los glóbulos rojos y las plaquetas) de personas que se recuperaron. Al tomar contacto con el virus el organismo genera anticuerpos para defenderse. Una vez que el paciente se recupera, estos anticuerpos permanecen almacenados en la sangre. La idea es que al dárselos a la persona enferma pueden ayudar a sus defensas contra el virus.
Se lo llama terapia de anticuerpos pasivos, ya que en lugar de hacer que el cuerpo genere sus anticuerpos (como se hace con las vacunas), se introducen directamente los anticuerpos, como se explica en esta nota.
En este momento se están realizando ensayos clínicos en diferentes países, incluida la Argentina, para determinar su efectividad y analizar qué componentes del plasma son los que pueden ayudar, para poder empezar a generarlo de manera masiva, sin necesitar de la sangre de personas recuperadas, como precisa esta nota.
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