Alertas del INTA para no perder productividad
Hacia finales de diciembre, expertos de la entidad llamaron a considerar la alta incidencia de actinobacilosis en bovinos. También destacaron infestaciones en las pasturas
La actinobacilosis es causada por la bacteria Actinobacillus lignieresii, que suele penetrar por lesiones cutáneas. Tiene curso crónico y provoca lesiones que pueden ulcerarse, afectando tejidos blandos, en particular la lengua, piel y ganglios linfáticos superficiales.
La forma clínica más común es la denominada “lengua de palo”, que imposibilita la normal deglución, causando una pérdida de estado considerable en el animal.
También puede afectar los ganglios linfáticos, generalmente a los de la cabeza y cuello, provocando un abultamiento de los mismos. Esta característica se hace visible en casos avanzados o palpables al tacto; en los ya resueltos o en proceso de formación. Este tipo de presentación es la que ha diagnosticado con mayor frecuencia durante las últimas semanas el INTA.
El diagnóstico de la problemática sanitaria es sencillo y debe realizarse precozmente: palpando los tejidos afectados.
Y concluyeron: “Ante la aparición de animales con signos, se recomienda aislarlos para evitar la contaminación de pastos y comederos; revisar los otros animales del rodeo afectado para intentar identificar tempranamente otros afectados; tratar de identificar el/los factores predisponentes de ingreso de la bacteria y descartar animales con estadios avanzados de la enfermedad ya que las lesiones seguramente imposibiliten su normal desarrollo productivo”.
Cornezuelo
También el Servicio de Diagnóstico Veterinario comenzó a observar una alta infestación de las pasturas con “cornezuelo” (Claviceps purpurea).
“Si los animales consumen pasturas contaminadas con este hongo en épocas de elevada temperatura ambiente, pueden sufrir cuadros de intoxicación que suelen manifestarse con un síndrome distérmico, similar al producido en cuadros de festucosis, ya que produce similares principios tóxicos: ergoalcaloides”, explicaron.
El servicio especializado del INTA EEA Balcarce suele recibir consultas ante episodios en bovinos consumiendo este tipo de pasturas contaminadas, con cuadros clínicos que se hacen más manifiestos en la época estival, ante elevadas temperaturas.
Esta presentación de verano se caracteriza por alta temperatura corporal (40-42ºC), estrés térmico, dificultad respiratoria y excesivo consumo de agua. Los animales afectados buscan la sombra o permanecen dentro del agua. Durante el día o las horas de mayor calor presentan signología más evidente. Ante infestaciones fuertes y días de alta temperatura ambiente se han registrado mortandades elevadas de bovinos.
Se observa disminución en la producción de leche y menores ganancias de peso, así como una baja de los índices reproductivos, si el servicio (natural o IA) se realiza en bovinos consumiendo pasturas tóxicas. Tras retirar los animales de la pastura contaminada, la recuperación clínica es lenta pudiéndose observar signos incluso a semanas de finalizado el consumo.
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