La adopción de las Elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias en nuestro país tienen como objetivo democratizar internamente a los partidos políticos y coaliciones, ordenar la oferta electoral, legitimar a los candidatos que van a presentarse en las elecciones generales, resolver el problema siempre vigente de los padrones de afiliados a los partidos políticos, y más importante, mejorar la calidad democrática, esto es lo que venimos sosteniendo desde su implementación.

Hoy está en debate la eliminación de esta herramienta, que desde que fue instaurada en 2009 ha demostrado ser eficaz, ya que ha permitido, en un sistema de coaliciones políticas como el nuestro, mayor participación y ordenar la oferta de candidatos de cara a las elecciones generales.

Los argumentos a favor de la eliminación son los costos que conlleva la realización de las PASO y el riesgo que representa sanitariamente debido a la pandemia de Covid-19.

En muchos países ya se han realizado elecciones, con el debido protocolo, en medio de la ola de contagios. Además, según las proyecciones del Ministerio de Salud nacional y provincial para el mes de agosto del año que viene ya vamos a contar con la población vacunada y la situación epidemiológica controlada. El otro argumento es el costo, si bien la democracia tiene un gasto que le es inherente, existen otras herramientas que se pueden implementar para achicarlo y que además traen mejoras al sistema electoral como es la implementación de la boleta única papel que lleva a más transparencia, mayor claridad, evita que haya faltante de boletas y baja la utilización de toneladas de papel, por ejemplo, entre muchas otras propuestas que vienen haciendo especialistas en el tema.

Deberíamos estar debatiendo como organizar la elección en este marco y no una reforma electoral sin el consenso y la discusión que tan importante medida requiere.

El debate sobre la modificación del sistema electoral no puede deberse solo al contexto actual y si tiene que hacerse en función de mejorar y modernizar el sistema, fortaleciendo la  democracia.

La pandemia no es razón para poner en suspenso instituciones de la república cómo el Congreso o el Poder Judicial, tampoco lo es para suspender las elecciones, ni las primarias ni las generales. La suspensión de las PASO solo genera incertidumbre y debilita el sistema.

En  Argentina, con un sistema coaliciones políticas, privarlas de un mecanismo de selección de candidatos que resuelva disputas internas, que evite el antiguo y cuestionado sistema de la elección «a dedo», puede tener resultados contraproducentes.

Los problemas de la democracia se resuelven con más democracia.