El conurbano bonaerense es testigo de cientos de historias ingeniosas que intentan dar batalla a la crisis que azota a toda la Provincia; una de ellas es la de Adrián «El Papu» Bragaleme y de Felipe Ledesma, dos amigos de Berazategui que se asociaron para darle pelea a la críica situación económica que golpea sus hogares. Los emprendedores de 42 y 37 años son furor en Zona Sur tras el lanzamiento de la «Parrilla Móvil», una desopilante iniciativa que permite llevar asado a domicilio mientras se va cocinando en el viaje.

Los dos se conocieron hace cinco años. Adrián tiene una pizzería en barrio La Esperanza (calle Husares, entre Costa Rica y Venezuela) y Felipe tiene otra en barrio Güemes (Las Pizzas de Feliz , calle 111, entre 7 y 8). Ambas están a 20 cuadras de diferencia. «La pizzería se armó en mi casa. Viene gente a comer al living, al porsche. Armamos las mesistas y quedan distribuidas por toda la casa», explicaron Feli y Papu. «Ofrecemos lo que tenemos. Podés pasar y almorzar en el comedor mientras mirás la tele», señalaron.

El Papu con su parrilla movil

Hace un tiempo, la crisis económica los llevó a conocerse y para paliar la situación decidieron dejar de competir y juntarse. «No llegábamos a fin de mes porque bajó mucho el laburo. Uno cuando tiene ganas de trabajar se las ingenia para darle de comer a la familia», detalló Felipe. De esa forma, ambos decidieron lanzar la primera parrilla móvil: «La idea surgió dos meses atrás mientras pensábamos cómo ampliar las ventas. El Papu armó el carro, la parrilla y acopló todo a su moto. Desde hace dos semanas ya sale a la calle».

«Esto funciona así. Vos agendás mi número al WhatsApp y a partir de las 10 de la mañana ya te voy avisando qué es lo que voy a tener al mediodía», indicó «El Papu» ante nuestros micrófonos. Una vez que empiezan a llegar los pedidos, Adrián se sube a su moto y al ritmo de «Qué tendrá ese petiso», el jingle que eligió para promocionar su emprendimiento, comienza a recorrer las calles de Berazategui. «Armamos un menú es accesible para vecinos y laburantes: Podés comer vacío a $110, choripán a $50, o un buen sánguche de bondiola a $100», contó.

Finalmente, Adrián y Felipe indicaron que nada de lo que hacen sería posible sin el apoyo de sus seres queridos. «La familia es incondicional. Mi señora Romina me ayuda en todo, somos un equipo», contó «El Papu». «Yo laburo en casa con mi vieja y con mi hija, además de todos los amigos que dan una mano. Somos muchos detrás de todo esto, subrayó por su parte Felipe. El cierre de la entrevista resume el espíritu trabajador de estos emprendedores: «¿Listo?. Dale joya amigo. Te dejamos que tenemos que seguir laburando».