Una familia gasta 20% del salario mínimo en leche
Según datos del Ministerio de Agroindustria, en 2016 los argentinos consumieron 40 litros en promedio de leche, la cifra más baja desde 2003 y una caída del 9% en comparación con 2015.
En los últimos 18 meses, el salario mínimo medido en litros de leche perdió el equivalente en poder de compra a 210 litros. El dato gravita con fuerza en un contexto en el que en la Argentina 5,6 millones de chicos son pobres, según un informe de Unicef con datos del Indec. ¿Cuánto vale un litro de leche? Los precios pueden variar en función de la marca. Un cálculo promedio bien podría considerar que el litro de leche puede pagarse $25 en cualquier góndola del país (promedio supermercados del Gran Buenos Aires el fin de semana para un litro de leche La Serenísima). El de segunda marca tiene un precio acordado que roza los $20, aunque no siempre se consigue.
Considerando que una familia tipo puede llegar a consumir 2 litros diarios, se trata de $50 por jornada, lo que podría traducirse en unos $350 semanales, es decir, unos $1400 mensuales. En rigor, el cálculo Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) recomienda como mínimo 500 mililitros por jornada por niño, ya que un vaso de leche (200 ml) aporta aproximadamente un 30% de la dosis diaria de calcio recomendado, nutriente que ayuda a formar y mantener huesos y dientes fuertes, además de su rol en la función nerviosa. Puesto de esta manera, la primera de las lecturas que puede hacerse es que una familia puede llegar a gastar hasta un 20% de su salario mensual solamente para comprar leche (aunque en las últimas horas se fijó un aumento, el salario mínimo era de $8.060).
En plena década del 90, el salario mínimo servía para comprar 200 sachets de leche (a fines de 1993, durante la presidencia de Menem, se tomó la decisión de fijar y congelar el salario mínimo en $200 y esta decisión duró hasta 2003).Recién en 2004 volvió a reunirse el Consejo del Salario y esta relación salario-leche mejoró sensiblemente con el devenir del tiempo, al punto que en 2015, y a pesar de la inflación, el salario mínimo permitía comprar 532 litros. Ahora bien: un cálculo refleja que en la actualidad, el salario mínimo sirve para comprar 322 sachets de leche. Es decir que en apenas 18 meses, la pérdida del poder adquisitivo del salario y el aumento de los precios de los alimentos -particularmente de los lácteos- redujo el poder de compra en nada menos que 210 litros.
La resultante de esta ecuación es obvia. Según datos oficiales de la Subsecretaría de Lechería del Ministerio de Agroindustria de la Nación, en 2016 los argentinos consumieron, en promedio, 40,1 litros de leche. Esta cifra es la más baja desde los años 2002 y 2003 (cuando se consumieron 37,8 y 37,3 litros, respectivamente) y la caída del 9% con respecto a 2015 es la más fuerte desde 2002 (cuando cayó un 14% frente a 2001).En leche en polvo, la demanda se recortó un 45,2% interanual, al pasar a sólo 1,6 kilos por habitante, la marca más baja del siglo. Para tomar referencia, hace 10 años, por ejemplo, se habían adquirido 4,43 kilos, casi el triple.
Los números provisorios del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina marcan que de enero a marzo las ventas de lácteos cayeron otro 10,9% interanual, con bajas fuertes en leche líquida (10,4%) y yogures (14,9%). En cuanto a 2016, al analizar los datos desagregados de la Subsecretaría, la caída en la compra de leche se debió a una caída en el consumo de leche pasteurizada, que bajó un 20% con respecto a 2015; y de leche chocolatada, que cayó un 8%.
Por último, también es válido dejar constancia de una dinámica que preocupa. Con una inflación interanual estimada por el Indec en 24% (entre mayo de 2016 y el mismo mes de este año), algunos productos de la canasta básica como la leche treparon por encima de esa franja. Según un informe de la consultora Focus Market, la leche (primera marca) aumentó casi 50%, al pasar de $16,60 el litro en mayo de 2016 a los $25 actuales (promedio leche La Serenísima sachet entre leche entera y descremada) en mayo de este año. ¿La razón? Cayó fuertemente la producción de leche. Otro informe de coyuntura del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), organismo público y privado dependiente de la Subsecretaría de Lechería, afirma que «los efectos recesivos del proceso inflacionario en 2016 afectaron el consumo doméstico y es altamente probable que ello no se revierta en el corto plazo».
Julián Guarino / Ámbito Financiero
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