Evalúan construir un acueducto de 90 kilómetros para controlar el desborde de La Picasa
Un proyecto para construir un acueducto de unos 90 kilómetros de largo, que vincule la laguna La Picasa con el río Paraná y regule el desborde de agua, que ya ocupa 45 mil hectáreas de Santa Fe y Buenos Aires, está en estudio en la subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación, en un intento por dar una «respuesta estratégica» a una región que aumentó 18 veces su territorio inundado en medio siglo.
El plan, todavía en boceto, busca llevar alivio a las localidades de la cuenca de La Picasa, una superficie de 5.346 kilómetros cuadrados.
Ocho ingenieros de la Dirección Nacional de Proyectos y Obras Hidráulicas, que depende de la subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación, trabajan en el diseño de un sistema que entube el exceso de agua de La Picasa y lo traslade desde la localidad santafesina de Teodolina hasta el Arroyo Pavón, en la misma provincia.
La idea, impulsada por subsecretario de Recursos Hídricos, Pablo Bereciartúa, apunta a «regular excesos y faltantes de agua en una región estratégica, no sólo para dar solución al problema de las inundaciones sino también para afrontar épocas de sequía».
Toda esa zona, que en algunos sectores tiene hasta seis metros de profundidad de agua acumulada, cumple un rol clave en la producción agropecuaria del país, especialmente en el segmento lechero.
Actualmente, la localidad santafesina de Aarón Castellanos tiene el 80 por ciento de su superficie inundada y la ruta nacional 7 volvió a quedar bajo el agua, en una situación similar a lo ocurrido en la década del ´90 cuando esa vía permaneció inutilizable durante 8 años, después del desborde de La Picasa.
El proyecto -que deberá ser evaluado y aprobado por el comité de cuenca de la laguna- contempla el aprovechamiento del canal Alternativa Norte como punto de toma del agua, que luego sería conducida por tubos bajo tierra y descargada el arroyo Pavón.
Bereciartúa, ingeniero civil, académico y consultor, detalló a Télam que por ahora están en estudio aspectos morfológicos y técnicos, la traza y los materiales necesarios para el emprendimiento.
Explicó que, por tratarse de una cuenca endorreica, La Picasa tiene como «única salida posible» el desborde y si bien reseñó que se trata de un problema «histórico», señaló que en 51 años «aumentó 18 veces el territorio inundado».
En 1966 la superficie anegada fue de 2.164 hectáreas; en el 2012 el desborde cubrió 39.154 hectáreas; y en la actualidad ya supera las 45.000.
La Picasa cuenta con dos estaciones de bombeo que extraen 5 metros cúbicos por segundo, pero hasta ahora no lograron disminuir el tamaño de la laguna. «Es como intentar sacar agua con un balde en el medio del mar y arrojarla cinco metros más lejos; no sirve porque es todo agua», graficó el subsecretario.
«Más allá de soluciones coyunturales hace falta pensar en infraestructura sostenible e inteligente; es necesario que las obras sean integrales, que incluyan la actividad productiva, los usos del suelo, las políticas de gestión de riesgos, la dimensión ambiental y especialmente los escenarios de mediano y largo plazo», reflexionó.
De materializarse el proyecto, podría regularse también el aporte de La Picasa a las lagunas Salada, Mar Chiquita, Gómez o El Carpincho, y enfrentar los futuros ciclos secos con «abastecimiento estratégico de agua dulce».
La laguna La Picasa se extiende entre Santa Fe y una franja del territorio bonaerense, en General Pinto. Su cuenca ocupa 2.100 kilómetros cuadrados en tierras santafesinas; 900 en la provincia de Buenos Aires; y 2.500 en el sudeste de Córdoba, donde abundan lagunas y bañados.
Se calcula que hay unos 100 mil habitantes en toda la región, que incluye la ciudad de Rufino.
En el último tiempo, La Picasa alcanzó la cota de 105 metros y eso representa un altísimo riesgo frente a cualquier lluvia. Los pobladores temen que si se produce el rebalse natural resulten seriamente afectadas las localidades de Teodolina y Arenales.
La situación se agrava además con la construcción de canales ilegales por parte de los dueños de las tierras, que direccionan esos excesos hídricos sobre la provincia de Buenos Aires.
Por eso, está en proceso de licitación la puesta en marcha de una serie de obras internas en la cuenca de la laguna, que regularán el embalse 3 de la Picasa, en el departamento de Roque Sáenz Peña.
Se trata de regular el escurrimiento y almacenamiento dentro de la cuenca para retener agua en niveles óptimos y, en caso de que lleguen nuevos caudales que superen esa marca, poder transferirlos hacia otros cuerpos o a la misma laguna Picasa. Además, está prevista también la construcción de seis nuevos embalses reguladores, con un presupuesto de 58 millones de pesos.
Deja un comentario