Transcurrieron ocho años desde su partida y, para muchos, el tiempo parece no haber pasado, Cuesta hacerse a la idea de que Jesús Abel Blanco ya no está físicamente.
Un hombre que abrazó su destino. En un largo camino, a través de una firme vocación de servicio, lealtad al partido Justicialista y con la mirada puesta en las necesidades de su gente, tuvo la capacidad de ver más allá de las apariencias; de hallar lo verdadero en la profundidad de cada persona y de hacerse uno más entre todos.
Supo tener la genialidad de quien conduce con acierto y, sobre todo, mantuvo siempre su oído y sus brazos al servicio de los más necesitados.

Fue concejal, intendente, dirigente sindical, Integró el Consejo Justicialista Provincial y fue Secretario General del PJ Nacional, congresal nacional, dos veces diputado Nacional, cargos que siempre desempeñó con Lealtad al Partido, aún en los peores momentos, enseñando a los jóvenes con su ejemplo y convirtiéndose en el Maestro Político de quienes hoy nos toca conducir los destinos del Peronismo local, siendo parte de un Peronismo Democrático, respetuoso de la voluntad Popular.
Su gestión al frente del Municipio hizo que quedara su marca y el recuerdo de su paso en distintos puntos del distrito como fue el acceso pavimentado para la localidad de Dudignac y Quiroga, el gas licuado para los pueblos; la terminal de Omnibus, la Fundación Universitaria, las 2.000 viviendas construidas, la compra de 64 has loteadas para quienes no accedían al terreno, las obras de Gas, Asfalto y cloacas entre otras.

La historia de la vida política de 9 de Julio, especialmente en las últimas cuatro décadas ha tenido al compañero Jesús Blanco como uno de sus protagonistas más destacados. Habrá, en el futuro, de estudiarse y escribirse la historia de estas décadas y su nombre estará allí, presente, quien nos dejó un legado, una huella, una luz de esperanza focalizada en el respeto y el trabajo constante.

Por Horacio Delgado
Concejal / Congresal Partido Justicialista Buenos Aires