Del gasoil al sol: la transformación de la locomotora GT22 que podría revolucionar el transporte de carga en Argentina
Un grupo de alumnos del colegio técnico Albert Thomas de La Plata diseñó un proyecto para reconvertir las populares locomotoras GT-22, alimentadas con diésel, a energía eléctrica con apoyo de paneles solares. La iniciativa ganó el primer premio en el Concurso de Innovación Tecnológica organizado por la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires.
Los estudiantes del sexto año de la escuela técnica platense Valentín Poggio, Santino Spazzerini, Joaquín Duarte, Joaquín Pérez, y su profesor Norberto Rosendo, del colectivo Salvemos al Tren, desarrollaron esta propuesta a partir de charlas sobre política, industria y medioambiente. Se enfocaron en las locomotoras GT-22, que son muy utilizadas en Argentina, especialmente en trenes de carga, pero que han sido desechadas en Europa por su alto nivel de contaminación.
“Nos preguntamos cómo podíamos seguir usándolas, pero con menor impacto ambiental. Así surgió la idea de transformarlas en eléctricas, eliminando la huella de carbono del transporte de cargas como la soja”, explicó Valentín Poggio a Todo Provincial.
La conversión no sólo responde a un criterio ambiental, sino también económico. Al eliminar el uso de diésel, los costos operativos se reducen significativamente. “Descubrimos que cerraba también por el lado económico, y ahí nos pusimos más serios”, contaron.

“Además de reducir la contaminación, también se eliminan otros costos importantes como el mantenimiento de los motores diésel”, indicaron los alumnos. “La tasa interna de retorno del proyecto es del 3%, lo que significa que es rentable frente al modelo tradicional. El kilovatio solar cuesta 10 centavos de dólar, contra los 19 pesos del kilovatio diésel”.
Según el grupo, existen en el país alrededor de 500 locomotoras GT-22, de las cuales unas 150 están en funcionamiento y el resto fuera de servicio, muchas esperando reparación. El proyecto estima una inversión de 8 millones de dólares por unidad reconvertida. Aunque esa cifra puede parecer alta, se justifica a largo plazo: una locomotora diésel consume aproximadamente 16 millones de dólares en combustible a lo largo de su vida útil.
El modelo podría aplicarse tanto para trenes de carga como de pasajeros. “No es una transformación particularmente compleja, podría hacerse en talleres ferroviarios como el de Escalada. Incluso nosotros podríamos hacerlo si tuviéramos acceso a las herramientas”, dijeron.
Además, se proyecta que los costos podrían bajar aún más si las baterías de litio se producen en Argentina, en vez de importarlas de China.
Durante el concurso, que se realizó en Costa Salguero, participaron 211 proyectos, de los cuales sólo 10 llegaron a la final. Tras una presentación técnica, con un jurado compuesto por representantes de la Unión Industrial, empresas del sector y técnicos, el proyecto de los alumnos platenses se llevó el primer puesto.
“El jurado destacó que era un proyecto ambicioso, completo y con fuerte énfasis en lo que puede hacerse en términos reales”, señalaron.
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