Calles «liberadas» al descontrol de tránsito: La Plata, capital de las tragedias viales
La Plata, ciudad capital de la provincia, presenta una novedosa carencia que impacta sobre la calidad de vida de sus ciudadanos. A la ya reiterada y tantas veces planteada falencia en el área de inseguridad pública se suma -desde hace un tiempo, y aun no encuentra respuesta- el caos del tránsito y la inseguridad vial.
La ciudad parece tener «calles liberadas» para cometer cualquier tipo de irregularidades en la conducción vehicular. Eso se traduce en vidas perdidas: en la semana que hoy termina murieron tres platenses en incidentes protagonizados por conductores que convirtieron sus vehículos en armas mortales.
Una muerte cada dos días en La Plata
Y de acuerdo con el último registro de la procuración General de la Suprema Corte bonaerense, el departamento judicial que comprende la región capital tiene un promedio de una muerte cada dos días. Ese relevamiento determina que en 2023 hubo 178 muertes investigadas en la Justicia como “homicidios culposos”, como se encuadra penalmente estos episodios.
La región quedó al tope del ranking de esta categoría en la Provincia. Lo siguen el departamento judicial de Quilmes, con 129 y los de Lomas de Zamora y San Martín, con 110 cada uno. Los tres departamentos judiciales que quedaron (bastante lejos) por debajo de La Plata tienen una configuración urbana diferente a nuestra ciudad.
Por características y número de habitantes, quizá La Plata debería compararse –en este renglón- con Mar del Plata: allí hubo en 2023, 67 víctimas faltales por hechos de tránsito. Casi tres veces menos.
Además, una consecuencia directa de este flagelo lo constituyen las secuelas que dejan estos episodios: al menos 5.000 personas heridas, lesionadas o mutiladas porque alguien decidió -por impericia, imprudencia o negligencia- utilizar de manera riesgosa un auto, una moto, un camión o un colectivo.
Tránsito mortal: buscando las causas
Esta situación de anomia social tiene una variante, o un correlato. La podríamos denominar «nocturnidad liberada» y tiene estrechos vínculos y conexiones con la falla comunitaria descripta anteriormente.
La “nocturnidad liberada” se refleja en grescas, peleas entre bandas, destrozos callejeros, picadas y motociclistas que se organizan para hacer recorridos ruidosos e impacta cada fin de semana. La relación con los incidentes viales trágicos es casi lineal: una alimenta a la otra. Y ambas representan un derrumbe en la calidad de vida comunitaria de una ciudad que pretende erigirse como “moderna, renovada y recuperada”, según los distintos eslóganes que izan las autoridades que conducen el municipio.
Entonces los platenses amanecen cada día del fin de semana (los que logran dormir) con los informes de incidentes viales fatales o violentos choques producto de la falta de conciencia de los conductores, alentado por una ausencia de planes para controlar y supervisar.
Porque ante esta descripción, enumeración, de datos estadísticas y pruebas concretas, surge una pregunta rápida: ¿dónde está la presencia del Estado para prevenir, supervisar, controlar o planificar?. ¿Está el tema en la agenda de los funcionarios de la Municipalidad o de la Provincia?. ¿Se puede hacer algo ante un escenario que parecería el resultado de prácticas individuales irresponsables?.
En una mirada rápida es posible responder que la gestión municipal no tiene diseñado un plan para evitar los desbordes nocturnos y tampoco impulsar alguna acción de política vial.
Es más: se desconocen las intervenciones del área de Control Urbano, a cargo de Víctor Hortel, en estas o en otras decisiones de gobierno. Dicho de otra manera: lo único que se sabe de esa repartición y que conocen los platenses es la confección de infracciones de tránsito en el centro del casco urbano. Nobleza obliga: se debe reconocer otra acción de esta área: todos estos casos quedan perfectamente filmados por las cámaras de seguridad del Municipio. Las muertes de platenses en las calles, las picadas y los disturbios entre bandas urbanas quedan todas bien grabadas. Hay material para futuros documentales.
Pero, no sirven para evitar tragedias.
fuente: Infocielo
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