Tras la carne: El acuerdo por el trigo que ahora quiere el Gobierno
En el Gobierno quieren cerrar lo antes posible un acuerdo que permita evitar tensiones en el abastecimiento de trigo en el mercado y, por ende, un impacto sobre la harina y luego en el pan.
Según pudo saber LA NACION de fuentes oficiales, no hay intenciones de subir las retenciones al cereal, que hoy tributa una tasa del 12%, pese a que el Gobierno podría llevarlo al 15% por la ley de emergencia económica que sancionó en diciembre de 2019.
«No estamos trabajando en eso», respondió una de las fuentes consultadas. Agregó que tampoco se está trabajando en avanzar en un cierre del registro de operaciones de exportación, como ocurrió a fin de 2020 con el maíz. En esta línea, dijeron que no ven inconvenientes en cuanto a los saldos exportables.
Sobre una cosecha 2020/2021 de 17 millones de toneladas, la exportación compró el 45% de la producción, unos 7,6 millones de toneladas. En tanto, los molinos adquirieron un millón de toneladas, casi el 6%. En total ya se comercializó el 51% de la cosecha.
Para comparar, del ciclo 2019/2020 a esta altura del año, sobre una recolección de 20,5 millones de toneladas los exportadores ya habían adquirido 13,6 millones de toneladas, el 66% de la cosecha. Por su parte, los molinos habían comprado 1,4 millones de toneladas, el 7% de la producción. A esta fecha ya estaba vendida el 73% de la cosecha. Vale recordar que ese año hubo ventas anticipadas por temor a una suba de las retenciones con Alberto Fernández, cosa que ocurrió.
El 30 de diciembre pasado, con la excusa de garantizar el abastecimiento de maíz a nivel interno, el Gobierno cerró las ventas al exterior. Luego reemplazó el cepo por un monitoreo sobre las exportaciones a la espera de una negociación con el sector privado. El Gobierno quiere un fideicomiso con las retenciones. Desde el sector privado proponen herramientas de cobertura y financiamiento para que los compradores puedan competir con los exportadores en la adquisición del producto.
«Hay que buscar un mecanismo entre exportadores y molinos, un modelo podría ser el del aceite», contaron en despachos oficiales.
El mes pasado, el Gobierno firmó con los exportadores un acuerdo para trabajar en un instrumento que ayude a la venta de aceite a precios accesibles.
Más allá del mecanismo que finalmente se termine por definir, las fuentes consultadas indicaron que el «mandato» a nivel interno en el Gobierno es cerrar un acuerdo por el trigo.
En esta línea, las fuentes hablan de trabajar en algo que lleve «tranquilidad a todos». Agregaron: «Hay voluntad de hacer algo como la carne también».
En los despachos oficiales hablan de avanzar también en herramientas que permitan a los molinos harineros comprar el cereal en mejores condiciones antes los exportadores.
Según las fuentes oficiales, en los próximos días se avanzará en contactos con el sector privado. En un tuit, no obstante el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara Cec) desmintió versiones de un convenio.
«@ExportCereales (CEC) desmiente categóricamente acuerdos, en torno del mercado de trigo, con @FaimMolineros (FAIM), como ha trascendido. Ambas entidades dialogan en la Mesa del Trigo junto con productores y demás eslabones de esa cadena de valor para acordar los pasos por seguir». De esta manera, más allá de la intención oficial, en el sector privado no hablan de acuerdos ni de haber recibido ofrecimientos de parte del Gobierno.
En el caso del trigo en el sector privado funciona una mesa del cereal. Hay un intercambio de información sobre la situación del mercado y coinciden en que se está trabajando en herramientas para los compradores internos.
Añaden que el objetivo de la Mesa del Trigo es evitar una intervención en este cereal como ocurrió con el maíz. «Todos estamos de acuerdo en este punto (por evitar restricciones)», dijo una fuente del sector triguero. Según pudo saber LA NACION, esta mesa del trigo mantendrá un encuentro privado mañana.
Un operador del mercado dijo que trigo hay pero el problema es que los molinos no terminan de comprar todo lo que necesitan por sus plazos de pago de la mercadería: son de al menos 30 días contra 72 horas de los exportadores. Añadió su temor a que el Gobierno «intervenga primero en el registro de exportadores y después subiendo retenciones».
En medio de este contexto, si bien los molinos tienen en términos generales un volumen similar de cosecha comprada respecto de igual fecha del año pasado, se quejan de que los productores les venden poco.
«La oferta es muy escasa y a valores encima de $21.000 la tonelada», se quejó un molinero. En el sector dicen que están cumpliendo con precios cuidados del Gobierno desde marzo del año pasado, cuando la tonelada del cereal rondaba los $13.000.
Del lado de los productores, que ya se vendieron el 51% de la cosecha, remarcan que el trigo tiene un bajo impacto sobre el precio final del pan. Según la Asociación de Productores Rurales de Marcos Juárez, sobre un valor de $118,33 el kilo, $19,80 pesos son para el productor, o sea un 16%. El resto es para la industria, el transporte, la comercialización y los impuestos.
Fente: La Nacion/Fernando Bertello
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