Senador Foglia: “Me preocupa la pérdida de empleos”
Senador, ¿en la reunión se conversó sobre la situación económica que atraviesa el país?
Obviamente, hablamos sobre la industria automotriz y autopartista, una de las más perjudicadas por la crisis que atraviesa Argentina.
Me preocupa la pérdida de empleos, la inestabilidad que se está dando, suspensiones, cierres de fábricas y despidos. La misma Iglesia ha manifestado su preocupación.
¿Qué opinión tiene sobre la crisis que se está viviendo?
Estamos atravesando una situación muy difícil, con mucha desesperanza. Si se cumplen las estimaciones de la CEPAL seríamos el país con peor desempeño macroeconómico de la región. Las consultoras privadas estiman que este año Argentina va a tener una caída del producto entre el 1 y 3 por ciento.
Y si dejamos los números y vamos a lo que le pasa la gente, una reciente encuesta de la consultora Poliarquía -publicada por un diario-, señala que 7 de cada 10 argentinos teme un fuerte impacto en la economía producto del riesgo de default.
¿Cómo se abordan estas cuestiones desde lo legislativo?
Por citarle un ejemplo, el campo está planteando medidas de fuerza a raíz de la situación que atraviesa el sector, puntualmente los tamberos vienen reclamando por el precio que reciben por la leche en las tranqueras.
En este tema, recientemente presenté un proyecto que busca regular esta actividad y promoverla. En los últimos años, cerraron más de 600 tambos y la Provincia perdió casi un millón de litros anuales. Los 600 tambos son miles de familias.
Otro caso puede ser el de Lear de General Pacheco. En el día de hoy, presenté un proyecto manifestando el acompañamiento a los trabajadores de la empresa y solicitando al Ejecutivo Provincial que arbitre las medidas necesarias para que el conflicto se resuelva. Acá hay 80 trabajadores despedidos arbitrariamente.
No son solo cifras
La gente hoy está preocupada por la inestabilidad laboral y los altos niveles de inseguridad. En el escenario que hoy vive nuestro país, el empresario está inseguro a la hora de tomar decisiones, la caída de las ventas, el incremento de los insumos, la falta de reglas claras.
Hay inseguridad laboral en los trabajadores a quienes les preocupa su estabilidad laboral.
La inseguridad de miles de familias que no saben si sus hijos tendrán una semana completa de clases, si terminarán el año con todos los contenidos aprendidos, o si en el comedor de la escuela les garantizan la comida.
Ni hablar si nos referimos al estado de los hospitales públicos, la inseguridad de saber si uno podrá ser atendido u operado en el día pautado. La inflación que le come la plata al bolsillo de los argentinos.
La inseguridad de todos los días con hechos cada vez más violentos, agrega una cuota más de preocupación.
¿Qué se puede pensar a partir de este escenario?
Todo esto lleva a una sociedad disconforme, que vive angustiada ante el temor de la posible pérdida de algo. La tarea es que en los próximos años podamos restablecer los vínculos dejando atrás esta situación de fragilidad y conflictividad social.
¿Y cómo se logra?
Debe haber grandeza para que todos los sectores pongamos lo que nos toca, para frenar lo que estamos viviendo a diario. Necesitamos escucharnos, ser solidarios y volver a algunos valores que parecen en desuso. El valor de la palabra, el respetar al otro, respetar las normas. Entre todos creo que es la manera de frenar este grado de fragilidad social.
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