Por Bloque FpV PJ
Para El Regional Digital

El Fondo de Financiamiento Educativo que la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner convirtió en ley 26075, es un logro de la lucha docente que se extendió durante años y que tuvo como estandarte la Carpa Blanca.
Se trata de una suma cuantiosa de dinero que desde 2010, la Nación envía a todas las Provincias para que lo inviertan en educación formal. Desde el 2013, ese Fondo es transferido en forma directa a los municipios para que los Intendentes, concejales y la comunidad educativa (consejo escolar, cooperadoras. gremios docentes y no docentes), acuerden la inversión del mismo en áreas de Educación, Ciencia y Tecnología.

Como en 9 de Julio, ese Fondo fue 4,5 millones de pesos en 2013, y sería mayor a 5,5 en 2014, propusimos que el Intendente convoque a dicho espacio participativo, para determinar el destino del Fondo, y sugerimos priorizar carencias en materia de comedores escolares, infraestructura edilicia, becas, capacitación, transporte, etc.
Pero Batistella, pese a las grandilocuentes palabras que emplea a raudales como diálogo, consensos y democracia, y a la simulada pasión por la educación pública y la cultura popular, ignoró la iniciativa y en lugar de fortalecerla, despilfarra el Fondo Educativo en estructuras burocráticas que lo usa para pagar salarios a afiliados y amigos, en dar becas sin intervención de quienes saben de exclusión educativa, y en atender promesas incumplidas por desviar los fondos recibidos.
Por lo expuesto, resulta oportunista la postura de los concejales de la UCR que piden informe sobre problemas ciertos en los comedores escolares, en lugar de promover la inversión e del Fondo Educativo en la educación formal, como hicieron nuestras gestiones que incluían como sujetos de derecho a los nuevejulienses que concurrían a establecimientos educativos, docentes, no docentes y alumnos.

Aún sabiendo que la educación en sus diversas categorías, no es un servicio a garantizar por el estado local, nos involucramos con temas como la calidad de la enseñanza, la ampliación y mejora edilicia, la escolaridad, la alfabetización, la deserción, la atención en comedores escolares. Las múltiples realizaciones y obras concretadas lo evidencian, pero nunca creamos estructura burocrática para esa labor ni para incursionar en temas donde hay quienes garantizan idoneidad. Acompañamos tareas del Consejo Escolar, de Inspecciones de Enseñanza, de la Federación de Cooperadoras Escolares, del CEF. Se gestionaban fondos que se transferían como subsidio y becas, y aportábamos fondos propios en ayuda a comedores escolares y a cooperadoras. Apoyamos las expresiones culturales de la comunidad, sin discriminar a ninguna, ni cooptar la experiencia ni el prestigio de sus miembros, ni armamos sellos para dar conchabo a afiliados y amigos.